Las urnas confirmaron lo que estaba previsto y el Gobierno de Guatemala quería evitar: la victoria del liberal Bernardo Arévalo de León en el balotaje de ayer.
Aunque Arévalo ganó con un 59% de los votos frente a un 35 de su rival, la ex primera dama Sandra Torres, todavía hay que esperar que se despeje la atmósfera.
A través de la fiscalía el gobierno del presidente Alejandro Giammattei trató de impedir la participación de Arévalo en el balotaje bajo el pretexto de irregularidades en su padrón de militantes.
El Gobierno llegó incluso a allanar la sede del Tribunal Electoral en procura de elementos para inhabilitar la participación de Arévalo en la segunda vuelta.
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Pero que no se pudiera impedir la victoria de Arévalo, un “outsider” con un discurso contra la corrupción y la impunidad, no significa que el peligro ha pasado. Por ahora el gobernante electo necesita seguridad.