Si Estados Unidos y la comunidad internacional no intervienen, la juramentación de Bernardo Arévalo como presidente de Guatemala estaría en veremos.

Bajo distintos subterfugios el Ministerio Público, con el visto bueno del presidente Alejandro Giammattei, ha vuelto sobre sus pasos para tratar de anular las votaciones que ganó el opositor.

Con la decisión del Tribunal Constitucional de ratificar su elección, el camino no está del todo despejado. Cualquier cosa puede pasar. La objeción comenzó desde que Arévalo sorprendió con su pase a la segunda vuelta.

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Después de ganar el balotaje la Fiscalía suplantó y allanó la sede del consejo electoral con una investigación en que declaró ilegal el partido Semilla, que postuló a Arévalo.

El fracaso por la vía legal no cierra otros espacios para tratar de impedir que Arévalo se juramente en la presidencia de Guatemala.