Cooperativa
El cooperativismo ha logrado en el país posicionarse como un instrumento de desarrollo. Es una experiencia que ha alcanzado el favor de los sectores económicamente más deprimidos. En Santiago varias organizaciones del cooperativismo pueden destacarse como un modelo. Hay experiencias de trabajo en barrios, entre mujeres y empresas privadas, que trabajan unidos a diario para el engrandecimiento y solución de las carencias de su gente.
Debo resaltar el aniversario de la Cooperativa La Altagracia. Esta entidad nacida el 3 de julio 1952 que desde su fundación ha sido la suerte cientos de personas salvadas de dificultades por esta mancomunidad económica.
Es la más emblemática de las cooperativas del país. Se ha convertido en un referente de bienestar para sus asociados. Pero así como se le reconoce su crecimiento hay desafíos que amenazan torpedearlas con una iniciativa interesada en frenar el crecimiento de estas.
Hay en desarrollo un ejercicio que hacen esos tirapiedras en una denominada “supervisión bancaria o delegada”, que busca dar a la Autoridad Monetaria a cooperativistas no reconocidos.
Sobre este asunto el presidente de La Cooperativa la Altagracia, Rafael Narciso Vargas, escribió recientemente: “El estado de derecho que norma la vida democrática e institucional de la República Dominicana tiene consagrado en la Constitución, la magna Ley que organiza la sociedad, todos los derechos y la responsabilidad del Estado para con los distintos sectores económicos y sociales”. La Altagracia es la más sólida advirtiendo del peligro que eso representa esto al sector cooperativista.
Cabral y Báez
La Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) tiene intervenidas varias áreas el Hospital Regional José María Cabral y Báez, el más importante del Cibao. En ese proceso de reconstrucción se han originado diversas quejas mientras se presentan situaciones a diario verdaderamente difíciles de narrar. Lo cierto es que la vida de decenas de empobrecidos ha estado en juego.
Los médicos y el personal paramédico se han manifestado por todas las vías y seguimos escuchando lamentos. Cierto es que el Ingeniero Francisco Pagán se ha esforzado por terminar lo iniciado pero alguien le falla en la asignación de los recursos. Ojalá comprendan que estamos hablando de la vida de miles de ciudadanos de República Dominicana. Ese centro de salud requiere con urgencia ser atendido en su justa dimensión, ya no más curitas. Es solución de urgencia lo que requiere.