Mientras el Gobierno parece atascado sobre la reforma fiscal que se propone, en las redes circula un catálogo de decisiones que se pueden adoptar para evitar la creación de más impuestos.
Algunas de las recomendaciones no son tan viables, pero otras por lo menos se pueden discutir. Entre las sugerencias figuran la reducción de los salarios de los funcionarios, eliminar las exoneraciones de vehículos y los privilegios a los legisladores, el financiamiento de los partidos, recuperar el dinero defraudado por la corrupción, suprimir las dietas y gastos de representación y revisar las exenciones.
Lo que no se quiere es que se cargue a los consumidores con más impuestos ni siquiera con la garantía de que los recursos serán utilizados en verdaderas prioridades.
El Gobierno, oficialmente, no ha tomado una decisión sobre la reforma fiscal. El presidente Luis Abinader ha declarado que consensuará la reforma con el liderazgo político y social, aunque representantes de ambos sectores ya han fijado su posición.
El panorama pinta que para el Gobierno no será tan simple impulsar una reforma con posiciones tan encontradas entre los distintos sectores.
