La reciente encuesta realizada por la Gallup para el periódico Hoy tiene una característica que la hace particular: Los dos candidatos que coloca como punteros, pueden proclamar, con razón, que el trabajo de investigación les resulta favorable.

Del lado de Danilo Medina, su crecimiento de nueve puntos en tres meses, puede ser exhibido como un logro importante que debe llamar a preocupación a su oponente, sobre todo si nuevas mediciones le asignan a ese crecimiento un perfil de tendencia, es decir, si en próximas encuestas el candidato del PLD continúa avanzando, aun no sea en idéntica proporción, eso sería significativo porque estaría poniendo en evidencia una tendencia, que en materia de estadística es de mayor connotación que un resultado específico.

Si, por el contrario, sus números se estancan o descienden, quedaría demostrado que su ascenso estuvo motivado por elementos puntuales que, con el tiempo, podrían diluirse y colocar la candidatura ante un techo difícil de traspasar.

Esas variables podrían resumirse en la unificación, aun sea forzada, del PLD en torno a su candidatura presidencial; el contacto con sectores populares procurando soluciones de problemas por parte del presidente de la república; el congelamiento artificial de los combustibles; la resistencia a subir el costo de la energía eléctrica y la proclamación antedatada y como recurso casi desesperado de Margarita Cedeño de Fernández como candidata vicepresidencial.

Como puede apreciarse, estos elementos son muy volátiles y no del todo dependientes de la voluntad del gobierno, pese a que se da por descontado que hará todo lo posible por preservarlos como factores que coadyuven al crecimiento de la popularidad de su candidatura.

Para el candidato del PLD, no obstante, el tema se torna más difícil porque la fuerte polarización que presenta el escenario electoral, con un voto bastante fortalecido para cada candidatura, torna muy escasos los nichos disponibles para crecer y, en esa circunstancia, los más de 5 puntos de desventaja constituyen un fuerte obstáculo porque se sabe que a partir de ciertos niveles, avanzar en la preferencia electoral se hace cada vez más difícil. Que haya crecido en promedio 3 puntos mensuales en los últimos 90 días, no autoriza a suponer que ese ritmo significativo se preservaría en los próximos 3 meses.

De ahí que, el crecimiento de la candidatura oficial, que es la buena noticia que le trajo la encuesta, debe acogerse con alegría, pero no con euforia, como seguiremos analizando el martes.