Opinión

Escarnio y atropello

Escarnio y  atropello

Un tecnócrata que quiso hacerse el gracioso habría sugerido una forma de obtener más de cien millones de pesos en unos días. Le pareció al Presidente que esto era bueno y de ahí surgió que el gobierno les amargara a los ciudadanos el último fin de semana de 2013, con la irritante exigencia de someterse a esa burla llamada “revista vehicular”.

Cuando todavía gran número de propietarios de vehículos formaban filas para pagar el impuesto por el derecho de circulación, es decir el marbete equivalente a la placa, unos voceritos gubernamentales lanzaban la advertencia de que a partir del martes 31 ningún automóvil podría transitar sin la llamada revista.

Entonces vino el caos y el estrés. Miles de propietarios se aglomeraron gregariamente en la periferia del Ministerio de Obras Públicas para acogerse al escarnio de un chequeo a su auto. En las filas estaban vehículos nuevos, otros ostensiblemente en magnífico estado, y sus conductores expuestos a las garras de empleados deseosos de ser sobornados. Sin embargo, están libres de este chequeo las cientos de chatarras del servicio público que van dejando en sus rutas sendos rastros de humo y de ruido. Es así que los abnegados obreros del volante se ganan el sustento familiar, aunque no piensen que la población que monta esos “carros” merezca un servicio más digno.

La revista es presuntamente una inspección para certificar que el vehículo reúne las condiciones necesarias para transitar. El propietario debe pagar cuarenta y cinco pesos por ese “favor”. Pienso que el único privilegio que se justifica para la clase alta es librar sus autos de este burdo simulacro de inspección, pues éstos suelen estar bien.

Ante la tirante situación creada por la susodicha fiscalización, el ministro de Obras Públicas dispuso extender el plazo de expedición. Ahí es cuando retoma la palabra otro minúsculo funcionario para advertir que: “Quien no haya renovado la revista el 7 de enero, no podrá transitar en su vehículo por nuestras calles”. Pero ¿usted ha visto?

 

Rafael Peralta Romero
rafaelperaltar@gmail.com

El Nacional

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