Opinión

Esclavos haitianos

Esclavos haitianos

Hugo A. Ysalguez

Después de la independencia de Haití en el 1804, el territorio dominicano ha sido sometido a una permanente agresión, que incluyó una primera fase de intervención durante 22 años, sepultada por la Independencia Nacional liderada por Duarte y sus compañeros, que venían tejiendo la guerra nacionalista desde la fundación de la Sociedad Secreta La Trinitaria.

Mediante el Tratado de Basilea en el año 1795, los españoles cedieron la parte occidental de la isla a Francia, nación que contrató esclavos de África para explotar las riquezas de Haití. Esos esclavos, encabezados por Toussaint Louverture, no se adaptaban al clima, pues su hábitat eran las tierras africanas, las cuales todavía añoran.

Luego que los esclavos africanos se liberaron de Francia, han constituido un dolor de cabeza para la República Dominicana, acosada como parte de una conjura siniestra de apoderarse de nuestro terruño. Sin embargo, millones de dominicanos están en una vigilia sin descanso, a los fines de enfrentar cualquier intento de mancillar nuestro suelo

Estados Unidos, Francia e Inglaterra buscan la fórmula de que el país asuma los enormes problemas económicos y sociales que padece Haití, a raíz de haber colapsado su Estado, dejando ese país convertido en un solar, sin capa vegetal, ni árboles, ni ríos y huérfanos de un proyecto en carpeta para reforestar las cuencas hidrográficas.

Ante esos macabros planes, hay que robustecer nuestro sentimiento patrio, toda vez que nuestras tradiciones culturales han sido disminuidas por la invasión de haitianos ilegales, que han instado sus viejos hábitos en los nichos donde viven .Y como me decía un amigo de infancia un pueblo sin identidad, es un pueblo desmemoriado, moral y humano. Se impone, pues, elevar la conciencia para la hora de rescatar nuestra plena nacionalidad.

Francia debería retomar y organizar a Haití, porque su responsabilidad es mayor que las otras naciones, la contratación de esclavos africanos que aún mantienen esa actitud en su subconsciente, y varias evidencias las constituye su indiferencia frente a las intervenciones militares de varios países extranjeros, notándose una ausencia total de una pizca de nacionalidad.

El Nacional

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