La procuradora general dispuso la remoción de todo el personal administrativo y policial de la Penitenciaria Nacional de La Victoria, incluido su alcaide, y puso el penal bajo el control de un contingente policiaco militar con la misión de conjurar actos delictuosos atribuidos a reclusos en contubernio con autoridades.
Esa cárcel hace tiempo que se convirtió en un centro desde donde bandas de delincuentes planifican y dirigen acciones criminales que se perpetran en diferentes lugares, que incluyen homicidios por encargo, atracos, tráfico de drogas y armas, clonación de tarjetas de crédito y débito, entre otros delitos.
La magistrada Miriam Germán Brito ha actuado con gran responsabilidad al disponer el desmantelamiento de una estructura mafiosa y criminal que operaba en ese recinto con tentáculos que tenían capacidad de expandirse por todo el territorio nacional.
En otras ocasiones, las autoridades del Ministerio Público han intentado sin éxito desmantelar los clanes mafiosos que controlan ese recinto penitenciario por dentro y por fuera, que fungen como dueños de la vida de los miles de reclusos que malviven en ese infierno.
La procuradora Germán Brito dispuso que un contingente de mil policías y militares asumiera control del penal, tras remover al alcaide, al personal administrativo y la dotación policial, por lo que desde ayer, esas tropas, al mando del nuevo director de Prisiones, coronel Roberto Hernández Basilio, intentan imponer orden.
No sería posible replicar en la nueva cárcel La Victoria, de recién construcción, ese esquema delincuencial donde quienes mandan son reclusos mafiosos que imponen en el recinto un estado de terror y privilegios, además de dirigir acciones criminales que se perpetran fuera de la cárcel.
Las nuevas autoridades de esa cárcel han asumido el control sobre los procesos de audiencia, alimentación, gestión de medicinas y otros programas que según denuncias estaban tintados de corrupción, como también se ha procedido a desmantelar centros de llamadas telefónicas y de uso de internet, así como el ingreso de drogas.
El Ministerio Público promete desmantelar el dilatado entramado mafioso que controla la penitenciaria La Victoria, a sus autoridades policiales y administrativas y a sus miles de internos, que operaban un laboratorio delincuencial que diseñaba y dirigía la comisión de crímenes de todo tipo, perpetrado en cualquier parte. Ojalá que esta vez sea la vencida.

