La desesperanza es como un veneno que actúa lentamente carcomiendo los buenos pensamientos y haciendo desaparecer el anhelo de esperar algo bueno. Quisiera decir para no ser pesimista, como Amaury Pérez; “Y buenas noticias llegaran de nuevo/ pues siempre el verano ha vencido al invierno/. Aunque este sea un duro país sin fronteras/ después del invierno siempre hay primavera.
Cada día crecen las manadas de indelicados como si su vergüenza en algún momento, hubiese sido verde y consumida por todo tipo de animal salvaje, pero de esos con dos patas que cohabitan junto con el hombre de principios éticos y morales aunque limitados en los recursos materiales mal habidos. Son los mismos que defienden las actuaciones de los perversos e indelicados sin ser sus abogados y todo, porque comparten las mismas creencias, el mismo pensar y el mismo accionar.
Las cosas que estamos padeciendo a diario, no las puedo olvidar ni callar, aun parezca que sea la misma gota cayendo en el mismo bendito cántaro. Por otra parte, tú no puedes tampoco olvidar, no podemos olvidar, porque de así ser, ese continúo olvidar y perdonar se convierte en cobardía. Es lo que ha pasado con este pueblo, que de tanto olvidar y perdonar los hechos bochornosos y sus protagonistas, ya se ha hecho costumbre el bochornoso, vergonzoso y cobarde borrón y cuenta nueva.
No pagar sus obligaciones a tiempo ya es lo correcto, porque ese pago solo lo efectúan a tiempo los pendejos o aquellos que han sido formados con criterios claros de sus derechos y obligaciones, sobre todo. Mientras los tardíos, los que se hacen los desentendidos se han hecho expertos en conocer la reacción de las autoridades, las cuales más tarde o temprano cederán y todos los picaros saldrán beneficiados con un bono exclusivo para los tramposos, para los lentos y los mala paga.
Todo se convierte poco a poco en algo que es difícil de comprender, cuando la justicia, ahora sin venda, se entretiene mirando hacia otro lado, mientras los criminales, ladrones, extorsionadores, funcionarios indelicados y corruptos, los cerebros criminales que regentean y han regenteado el pasaje por el canal de la mona, los narcos y “jugadores” que blanquearon y continúan blanqueando su dinero y por demás, haciéndose dignos dirigentes políticos y ejemplarizados empresarios y todo esto, sin que nada pase en el ámbito judicial.
Como siempre, a esto último siempre viene la misma respuesta; ya está hecho, el tiempo pasó, nada se puede hacer y en tanto, continúa creciendo el alimento que acrecienta toda esta situación, es decir, la permisiva corrupción.
Aquí todo se distorsiona. Nos gusta el engaño, engañar y engañarnos con cualquier caramelo. Se da inicio al arreglo de una autopista y se queda a medio talle, pero nadie es responsable. Que el gobierno no pagó, que el ingeniero no cumplió, que el organismo encargado de la supervisión no pudo hacer nada y de esa manera de irresponsabilidad continua la cadena. No hay alcalde que vea ni fiscal que se entere pero, usted paga el peaje precisamente para ese arreglo sin recibir el servicio y todo de mal en peor. En varias ocasiones hemos tratado el tema sobre el “tramo de la muerte”, en la autopista de las Américas, comprendido desde la entrada al aeropuerto hasta Boca Chica pero nadie ha hecho caso. Las muertes se suceden una tras otra y nada. Siquiera la prensa se entera. Tienen que ser varias muertes juntas para que se vuelva hablar sobre el tramo maldito.
Y, si dolorosa son las muertes de los motoristas y aquellos que cruzan la referida autopista, más doloroso aun es el daño producido a todo aquel que va conduciendo dentro de la ley y atropella o mata a uno de estos infelices. Pero no, nada ha pasado, porque aún no ha muerto alguien de renombre, solo infelices motoristas y uno que otro pendejo que transita por esa vía sin escoltas. Esto ha sido y es complicidad, tanto de las autoridades de hoy como las de ayer, quienes al igual que los contratistas deberían estar simplemente, presos. ¡No j….s! ¡Si señor!
Twitter:@rafaelpiloto01