Tengo plena conciencia de que exactamente a un año de que la República Dominicana haga historia al tener el privilegio de organizar los XXV juegos Centroamericanos y del Caribe, el Movimiento Deportivo Nacional debe evitar todo tipo de ruido y enfocarse exclusivamente en impulsar solidariamente los esfuerzos que realizan el ministro de Deportes Kelvin Cruz, el presidente del comité organizador, el amigo José Patricio Monegro, el Comité Olímpico Dominicano que encabeza Garibaldy Bautista, el presidente del Consejo de Directores de CRESO, Felipe Vicini, y de una manera muy especial, Luis Mejía Oviedo, quien en su condición de presidente de Centro Caribe Sports, tiene la mayúscula responsabilidad de que nuestros juegos superen con creces a los de San Salvador.
Importa significar, además, que el sector deporte tiene una deuda de gratitud con el presidente Luis Abinader, quien fue determinante en la consecución de la sede, luego de la iniciativa de José Manuel Ramos y Arístides Fernández Zucco- El Chato-.
En rueda de prensa, José Patricio Monegro, presidente del Comité organizador, explicó pormenorizadamente los avances organizativos de la justa. Me satisfizo que no noté aires triunfalistas. Sus organizadores están conscientes de que el reto está ahí, como el primer día en que obtuvimos la sede.
El olimpismo tiene problemas de fondo, pero se impone un compás de espera a la solución de los mismos para evitar ruidos que distraigan el enfoque del trascendental evento que cumple 100 años.
Luego de la propuesta de Luis Chanlatte sobre limitar los períodos faraónicos presidenciales en el olimpismo, sé que será muy difícil sacar de agenda ese debate. A eso se añade, que hay personas que burdamente intentan justificar que presidentes de federaciones permanezcan 20, 25, 30 y hasta 35 años con la falsa e inconsistente ‘’teoría’’ de que lo importante son los resultados.
Escuché al presidente de la federación de Karate, ‘’mi aliado’’ José Luis Ramírez -Borola-, hacer la siguiente pregunta: ¿Y cómo nos desprendemos de un federado como Edwin Rodríguez? Sencillo, de la misma forma en que hubo que salir de Ángel Acosta. De la misma manera que el baloncesto tuvo que desprenderse de una montaña de honestidad, como Federico Lalane José. Igual pasó con Pedro Pablo Díaz, Julio Subero y Frank Herasme. Esa debe ser la dinámica.
Cuando Rafael Uribe asumió la presidencia de la federación de baloncesto, nadie pensó que podía ponerse los zapatos de sus antecesores y hay quienes entienden que los ha superado a todos en resultados.
Seamos honestos. No quieren irse porque están en la danza de los millones, ignorando que, con esas largas permanencias, están cavando sus fosas y lo demostraré sin mucho ruido en otras entregas.
Por: Ramón Rodríguez
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