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Extrema derecha e Iglesia conspiraron para el golpe de Estado a Juan Bosch

Extrema derecha e Iglesia  conspiraron para el golpe de Estado a  Juan Bosch

El presidente constitucional Juan Bosch pronuncia un discurso a la población una semana antes del golpe de Estado.

Después que el candidato a la Presidencia de la República por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), profesor Juan Bosch saliera triunfante en las elecciones celebradas el 20 de diciembre de 1962, sectores de la extrema derecha y de las Fuerzas Armadas, con el apoyo desembozado del empresariado y de altos dignatarios de la iglesia católica, comenzaron a conspirar para impedir que el elector mandatario asumiera el poder.

Al no poder lograrlo, optaron por entorpecer su obra de gobierno con el deliberado propósito de derrocarlo. Siete meses después de haber prestado juramento como Presidente constitucional, Juan Bosch fue derrocado.

El golpe militar que depuso a Juan Bosch la madrugada del 25 de septiembre de 1963, hizo que a partir de entonces en la República Dominicana se vivieran momentos muy convulsionados.

La crisis económica alcanzó su más alto nivel y la corrupción administrativa tocó a casi todos los estamentos del Estado.

“Mandamases” desaprensivos permitieron que la expansión del crédito al sector privado sobrepasara la suma que la prudencia aconsejaba.

Aviones de la Fuerza Aérea Dominicana y naves de la Marina de Guerra eran utilizados en labores de contrabando de todo tipo de mercancías. Cantinas surtidas con rublos exentos de pagos de impuestos operaban en recintos militares a título de compañías por acciones. El gobierno de facto del Triunvirato, instalado en el poder por los militares que derrocaron al Presidente Bosch, se mostraba incapaz de legitimar su presencia ni de atender a las demandas que la población exigía.

Fue en ese ambiente de ilegalidades y de corrupción que surgió y se desarrolló una conspiración militar que terminó dando al traste con el gobierno de facto.

En efecto, a finales de diciembre de 1964 ya estaban a punto de iniciarse las acciones para derrocar el Triunvirato y sólo faltaba que los conspiradores acordaran la naturaleza del gobierno que habría de sustituir al Triunvirato y regresar a la Constitución del 1963, con el retorno al poder del presidente Juan Bosch o la instalación de una nueva junta militar que permitirá la organización y celebración de elecciones libres.

Hernando Ramírez, siguiendo las directrices que desde el exilio pautaba el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, fijó para el martes 27 de abril de 1965 el inicio de un levantamiento militar para reinstalar de nuevo en el poder al depuesto presidente Juan Bosch.

Pero, un hecho inesperado hizo que los acontecimientos se precipitaran y que la rebelión se iniciara tres días antes de la fecha pautada.

El sábado 24 de abril de 1965 parecía un día como cualquiera otro de los vividos en tiempos de tantos afanes. En esa misma fecha, los periódicos El Caribe y El Listín Diario publicaron en sus primeras páginas y en grandes titulares la noticia de que el Consejo Universitario de la Pontificia y Real Universidad Autónoma de Santo Domingo responsabilizaba al gobierno de facto del posible fracaso de la reforma universitaria.

A media mañana de ese mismo día ocurrió en el Campamento Militar 16 de Agosto un hecho inusual: el capitán Mario Peña Taveras de la Oficina Administrativa de dicho estamento militar, secundado por el personal alistado de esa misma dependencia, detuvo al general Rivera Cuesta, jefe del Ejército Nacional y a todos sus acompañantes.

A la 1:30 de la tarde del sábado 24 de abril de 1965, la voz de José Francisco Peña Gómez tronaba en el programa radial del PRD: Tribuna Democrática que se transmitía en una radioemisora local, dando a conocer la noticia de que en el Campamento 16 de agosto, sede de la Cuarta Brigada del Ejército Nacional, se había iniciado una revuelta militar para deponer el gobierno de facto del Triunvirato que encabezaba Donald Reid Cabral.

A las 2 de la tarde, oficiales del bando sublevado irrumpieron en la radio televisora oficial para trasmitir un comunicado en el que daban a conocer sus propósitos de reinstalar en el poder al presidente Juan Bosch, derrocado dos años antes por un golpe militar, y de poner en vigencia la Constitución de 1963. Dos horas después, otro recinto del Ejército, el Campamento 27 de febrero, se unía a los sublevados.

Cerca de las 5:00 p.m., en los alrededores de dicha televisora, tuvieron lugar los primeros combates entre tropas sublevadas y efectivos policiales leales al gobierno de facto, registrándose muchas bajas entre estos últimos.

A las 7:00 de la noche, Reid Cabral anunció por una cadena de radio y televisión que el país se encontraba en calma y que las Fuerzas Armadas seguían leales al gobierno.

A las 11:00 de la noche, el triunviro volvió a dirigirse al país, esa vez para informarle que “tropas de los distintos cuerpos de las Fuerzas Armadas tenían rodeados dichos campamentos, por lo que invitaba a los moradores civiles de esos lugares a abandonarlos.

Al siguiente día, 25 de abril, los militares rebeldes accionaron de nuevo. Tropas sublevadas asaltaron la Intendencia del Ejército Nacional, al tiempo en que otras unidades de uniformados insurrectos ocupaban las principales arterias de Santo Domingo.

A las 10:00 de la mañana, las tropas de infantería comandadas por el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó penetraron al Palacio Nacional, en momentos en que los derrotados triunviros abandonan el Gobierno.

A las 2:00 de la tarde del 25 de abril de 1965, el doctor Rafael Molina Ureña, presidente de la Cámara de Diputados, tomó posesión como Presidente Provisional de la República, en tanto regresara al país el presidente Juan Bosch.

Todo debió terminar ahí. Pero, los generales y coroneles de la Base Aérea de San Isidro estaban en desacuerdo con el retorno de Juan Bosch al poder. Proponían en cambio la formación de una junta que llamaría a elecciones a término de 6 meses.

Afirmaron que si antes de las 5 de la tarde de ese mismo día, los militares y políticos no renunciaban a la idea de reponer al presidente Bosch procederían a bombardear el Palacio Nacional.

Vencido ese plazo, aviones vampiros y de caza P 51 comenzaron a descargar sus metrallas y arrojar sus bombas. Hasta aquí, lo más importante entre los sucedido desde la mañana del sábado 24 de abril y la del domingo 25. Resultado: la sublevación militar iniciada en la mañana del 24 de abril contra el gobierno de facto del Triunvirato devino en una guerra civil.

Por: Jesús de la Rosa

El Nacional

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