Opinión Carta de los Lectores

Falsas soluciones

Falsas soluciones

Cartas

La República Dominicana, como muchos países del Sur Global, enfrenta una crisis climática devastadora mientras soporta el peso de una deuda externa que nos estrangula. Este ciclo perpetuo de dependencia y explotación, reforzado por las falsas promesas de las COPS, nos deja desprotegidos frente a los embates, no sólo de huracanes y sequías, pero además del extractivismo que agiliza la destrucción de nuestra biodiversidad.

Las recientes cumbres climáticas, incluidas la COP28 y la COP29, han dejado en evidencia una dolorosa realidad: el sistema internacional busca soluciones dentro de las mismas estructuras que crearon el problema. En lugar de priorizar la justicia climática y el bienestar de los pueblos, estas conferencias se convierten en foros para «oportunidades de negocio» y ganancias corporativas que perpetúan la crisis ambiental.

La COP29, como su predecesora, fue testigo de discursos cargados de «urgencia climática» que no se tradujeron en acciones reales. Por el contrario, sirvió como una vitrina para nuevos contratos multimillonarios en combustibles fósiles, evidenciando cómo las élites económicas priorizan sus ganancias sobre la vida en el planeta.

El problema radica en que las COPS no están diseñadas para revolucionar el sistema que creó la crisis climática, sino para mantenerlo intacto. Los mercados de carbono, las compensaciones y las tecnologías de geoingeniería son ejemplos de «soluciones» que no abordan las raíces del problema, sino que, guiadas por la avaricia, refuerzan las desigualdades y la explotación global.

La deuda externa es un mecanismo que perpetúa la subordinación económica de los países en desarrollo. Los recursos que deberían destinarse a la protección de nuestras comunidades y ecosistemas son desviados para pagar intereses a los mismos actores que han contribuido a la crisis climática.

Exigimos la cancelación inmediata de la deuda externa o, al menos, una moratoria indefinida en los pagos de intereses. Esta medida no es solo una cuestión de justicia económica, sino también una necesidad para garantizar nuestra supervivencia como nación soberana.

El cambio climático es el resultado de siglos de emisiones descontroladas por parte de los países desarrollados. Estos deben asumir su responsabilidad histórica mediante reparaciones climáticas inmediatas y significativas.

Por: Felipe Lora Longo

El Nacional

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