Opinión

Fascismo en Venezuela

Fascismo en Venezuela

En Venezuela se ha fabricado con perversa meticulosidad una corriente fascista que ha logrado instalarse en una franja no mayoritaria, pero si importante, de la sociedad: en facciones más poderosas de la gran burguesía y sus relacionados/as, capas medias racistas, estudiantes de alta y mediana burguesía, jóvenes fanatizados, lúmpenes y para-militares colombiano.

Esto ha sido obra de la inteligencia político-militar y los “tanques pensantes” gringos, israelíes, colombianos y venezolanos, que han logrado potenciar ideas racistas, estimular el odio contra las fuerzas populares a las que califican de “chusma”.

Odio de una burguesía parasitaria, frenética por reconquistar la jugosa renta petrolera que el proceso de cambios sociales le arrebató. Odio contra la pobrecía negra, mulata, samba e indígena, que ese proceso reivindicó. Odio a Chávez y al chavismo que políticamente la ha representado.

Rabia violenta que engarza con el descontento y la incertidumbre que la guerra económica y mediática, promovida ellos mismos, genera en los sectores populares e intermedios menos concientes. Que engarzan también con el descontento que en el chavismo popular han generado los propios errores y deformaciones del proceso bolivariano.

Odio de un imperialismo senil (con Bush o con Obama): guerrerista, destructivo, fascistoide… estremecido por su peor crisis; sediento de petróleo, litio, de uranio, oro, níquel, aluminio, biodiversidad, territorios estratégicos. Rabia generada e incubada en su seno y transmitida, con especial esmero, a nuevas generaciones formadas en colegios y universidades propias o de sus aliados, y a través de sus poderosos medios de comunicación.

Las revoluciones deben construir amor, paz, convivencia, concordia. Pero el fascismo no entiende de eso, no acepta diálogos, distensión, acuerdos, no entiende de igualdad, justicia, hermandad y abrazos.

Cualquier pacto pacificador con el fascismo es ilusorio; cualquier llamado a la concordia y a la paz frente a sus destrozos, resulta tonto.

Venezuela está en medio de un choque crucial y brutal, en un momento elevadísimo de la lucha de clase y la confrontación capital-trabajo, liberaciones y opresiones; un choque inevitable –salvo en caso de rendición- en el que una de las dos partes habrá de ser derrotada y otra habrá de imponerse.

En tales condiciones la victoria revolucionaria frente al fascismo es impensable sin sacar a las huestes fascistas de los territorios tomados, sin contrarrestar su insolencia, sin quitarle sus fuentes materiales y comunicacionales, sin confiscarles sus capitales, empresas, armas, resortes y poderes, sin aplicarle todo el peso del poder popular.

 

 

Narciso Isa Conde
narcisoisaconde@gmail.com

 

 

 

 

 

 

 

El Nacional

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