¿Qué Pasa?

Fátima, Fernando: Un amor que crece con los años

Fátima, Fernando: Un amor que crece con los años

Muchos confunden el amor con la pasión que se siente al principio de una relación y lo cierto es que las diferencias se sienten con el paso de los años, porque el amor, si es de verdad, se engrandece, y la pasión permanece, pero en niveles más moderados que no impiden el disfrute de la pareja.

Y cuando ese amor se hace grande las parejas suelen verse como en una ocasión vimos a Fernando Villalona y su esposa Fátima Vicioso, caminando tomados de las manos en una plaza comercial del país, y en tanto disfrute de su mutua compañía, que solían olvidarse de que son figuras públicas y todo el mundo los miraba.

Él ponía la mano en los hombros de ella y a veces tomaba amorosamente su mano. Andaban despacio, sin prisas. Se detuvieron dos veces a tomarse fotos en lugares adornados de la plaza, mientras la gente los miraba y pensaba quizás que solo eran dos personas parecidas al popular Mayimbe y su siempre sonriente esposa.

Pero eran ellos, fuera de la rutina, en un día que al parecer se dedicaron y que atestigua la hermosa frase de Fátima, cuando le preguntamos si el amor muere con los años: “Con el tiempo uno pasa muchas pruebas en la relación, pero hoy en día yo amo más a mi pareja que cuando nos casamos”.

Ya tienen cinco años casados, pero juntos llegan a 17 años, que los han enseñado a valorarse y entenderse en todas las etapas. Ella ya entiende que es posible que salgan a una cena íntima y una fans les pida una foto y la tengan que interrumpir, o que si llegan a vacacionar a Japón, cuando lo ven más lejos, una japonesa le vocea ¡Mayiiimbe! y les parece increíble.

De manera muy inteligente, Fátima asimila que vivir con un artista de la talla de El Mayimbe significa cambiar el reloj biológico, porque hay cosas que se hacen en el día y ellos lo tienen que hacer en la noche. Sabe que a veces se deben posponer los eventos familiares.

Él ha aprendido a doblegarse cuando discuten opiniones. Sabe irse a pensar, y humilde, regresar a sus brazos, pedirle perdón y darle la razón. Dice que a veces piensa que todos los seres humanos son como él, que trata de no faltarle el respeto a nadie, ni hacer cosas malas, pero ella es quien lo aterriza y lo hace entender que las cosas no son así.

El comienzo

En carretera, de regreso a Santo Domingo desde la tierra de Fernando, Loma de Cabrera, respondieron a esta entrevista sin dejar de contar que esta historia de amor inició en el 93, cuando luego de un ensayo una amiga los presentó y no dejaron de mirarse. “Él estaba en ‘olla’ y tenía un carrito azul”, dijo Fátima.

Luego vinieron las flores, los detalles de fantasía (porque no había dinero para originales) y el flechazo de aquel día se convirtió en una relación que perdura.

Historia de reconciliación
Porque no todo es color de rosa y las reconciliaciones enriquecen la relación de pareja, cuentan que cuando se mudaron en la casa en que viven actualmente tuvieron desacuerdos varios días, porque ambos privan en decoradores.

El quería color azul, ella el amarillo. Unos días bastaron para que acordaran poner sus colores preferidos en dos áreas diferentes y así ser felices ambos.