POR: Ernesto Guerrero
guerrerocamiloe@gmail.com
“La moral es personal, los derechos humanos son universales”
Fue muy reconfortante visitar “Stand” del Consejo Nacional para el VIH y el Sida (CONAVIHSIDA) durante la finalizada Feria del libro. En el mismo se promovía el derecho a la diversidad y los derechos humanos de los grupos vulnerables sobre todo los hombres que tienen sexo con otros hombres y de las trabajadoras sexuales.
En la mayoría de los países, las leyes racistas han sido rechazadas; prácticas legales y sociales que relegaban a las mujeres a un estatus de segunda clase han sido abolidas. Sin embargo, todavía los derechos fundamentales de los homosexuales siguen siendo negados en muchas partes del mundo incluyendo nuestro país.
La declaración universal de los Derechos Humanos, firmada en 1948 por 48 países incluyendo Republica Dominicana, enumera los derechos fundamentales y de libertad de la gente en todo el mundo. Todos los humanos nacemos libres, con iguales derechos y dignidad, sin importar el país donde hayas nacido ni quienes sean los líderes y gobernantes del momento.
Los organismos de Naciones Unidas desde hace un tiempo vienen abogando para que se respeten los derechos de todos los ciudadanos incluyendo a la población LGTB.
Países Latinoamericanos como México, Brasil, Argentina, Uruguay y Colombia ya cuentan con leyes anti homofóbicas y hoy, podemos decir que los homosexuales no están solos, y que los ataques a la población LGBT es un ataque a los derechos humanos, que muchos estamos dispuestos a defender. En el país existen organizaciones que reciben denuncias y dan apoyo legal a la población LGBT, ejm: Asociación amigos siempre amigos (ASA); las Asociaciones Trans; Observatorio COIN, etc . Actividades como las desarrolladas durante la feria del Libro, contribuyen a fortalecer la autoestima además de animar a las víctimas a denunciar los casos ante la justicia.
Hay una estrecha asociación entre el estigma y discriminación y la epidemia de VIH que afecta estos grupos de población, obligan a reorientar las estrategias y concentrarlas en las poblaciones más expuestas a la epidemia para hacerlas más eficaces. Respetar la diversidad sexual es imperativo para el fortalecimiento de una sociedad más justa, más igualitaria y con más derechos para todos y todas.

