Una generación que sucede a otra.
La madurez, experiencia, sagacidad, conocimientos acumulados en toda una vida de trajinar en el mundo del deporte y la cultura, dio paso a la sangre nueva, la frescura de una juventud forjada en la fragua de la lucha contra los males sociales, apegada a la solidaridad y el bien común.
El profesor Nelly Manuel Doñé –viejo zorro mauriciano- entregó a César Heredia Guerra, la batuta de la Fundación Mauricio Báez.
Para Heredia Guerra, arquitecto de profesión, presidir la Fundación Mauricio Báez, más que una distinción, es un reto que inicia por la obligación de quedar bien ante los ojos de quien lo propuso (el propio Doñé); cruza por el deber de mantener en alto el prestigio de sus padres (Cecilia -Noy- Guerra y Leo Corporán), y termina con la gran responsabilidad de no fallarle a la familia mauriciana.