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Globo ensayo

Globo ensayo

Aunque la huelga convocada el lunes en el Cibao no tuviera un respaldo significativo, el movimiento contiene un mensaje que las autoridades no pueden soslayar.

No basta con verla como un fracaso total, aunque no pueda decirse lo mismo en municipios como San Francisco de Macorís, para rehusar prestar atención tanto a las demandas como al mismo panorama económico y social de la región.

Es mucho pretender que los sectores más representativos de las 14 provincias acogieran el llamado, pero alguna razón tenían los que sí paralizaron sus labores. En San Francisco de Macorís se dio cuenta de una suspensión de labores de alrededor del 90 por ciento en las primeras horas, mientras que en Puerto Plata y otras ciudades el paro ni se sintió.

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La convocatoria podría tener sus bemoles, más aún efectuándose en el marco de una coyuntura electoral, pero las obras que se reclaman son en muchos lugares una necesidad.

Otras, mera necedad de tomarse en cuenta que las autoridades no disponen una vara mágica para bajar precios determinados por la ley de la oferta y la demanda.

No es criticable que se haya desplegado soldados para prevenir desórdenes, pero también deben designarse interlocutores para dialogar con los huelguistas.

Sin importar incluso que el movimiento pudiera representar simplemente un globo de ensayo para evaluar la temperatura social y política. Ninguna lectura puede obviarse.

El Nacional

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