Los partidos políticos deben llamar a la paz. Tanto en el gobierno como en la oposición hay que comprender que dos semanas de tranquilidad no les restará popularidad. Si podría la población acusarlos de que tratan de sacar ventajas en esta época final del año.
Todos los años se pide tregua política, pero pocas veces se cumple. El partidismo está presente en las cajas conteniendo alimentos, o en las tarjetas que entrega el gobierno. Por lo menos se podría lograr una pausa en lo que se refiere a lo presencial.
La Junta Central Electoral señala que no es tiempo de campaña política, pero nunca toma medidas de corrección contra los violadores. Todos los partidos y sus precandidatos están buscando los votos, y es en base a movilizaciones y encuentros que tratan de alcanzarlos.
La tregua navideña es importante, porque guitaría al país la tensión de seguir escuchando las rebatiñas partidarias, en instante en que quiere disfrutar un poco de la vida. Nadie tiene la autoridad para decretar la tregua, ni siquiera la JCE.
La tregua navideña tiene que ser espontánea, sabiendo que un par de semanas no ocasionará inconvenientes en la marcha de las candidaturas, y por el contrario, el pueblo de buen gusto pide que lo dejen respirar.
Los líderes políticos quieren aprovechar al máximo la temporada, tomando en cuenta los miles que están en las playas, transitan por las carreteras y autopistas, o sencillamente se pasean sin la presión del horario de trabajo.
Una banderola exhibida libremente ya es campaña partidista, al igual que entregar una botella con agua teniendo la cara de un futuro precandidato.
No es a la base que se debe acudir. Ellos son los mensajeros y los que realizan el trabajo, pero todo viene del pensamiento y la acción dirigida por el líder de ese partido.
Además, ni siquiera el próximo será un año de elecciones, y la etapa interna está a más de un año para escoger a los precandidatos presidenciales.
Pero todo no trata de la cabeza de la boleta. Hay precandidatos a nivel nacional para síndicos, regidores, diputados y senadores. A ellos se le llama a la cordura y la paz.
La JCE tiene una obligación para dar tranquilidad a la población antes de la rebatiña electoral. Debe reunirse con el liderazgo partidista y reclamarle una tregua con motivo de las navidades.
La violencia verbal, los choques callejeros, todo ello va en contra de la tranquilidad y la paz. Trabajemos por una tregua navideña.
Manuel Hernández Villeta

