Después de más de 24 horas de angustiosa aproximación y paso de la tormenta Franklin sobre el territorio nacional, se reanudan hoy las actividades industriales y empresariales, aun cuando las autoridades deben garantizar que la población no sufrirá de riesgo relacionado con la tempestad, como lo ha sugerido el presidente Luis Abinader.
Pasarán muchos días ante de que Gobierno, sector privado y población cuantifiquen con exactitud las pérdidas causadas por el huracán Franklin que ayer se despidió con intensas lluvias, aunque su paso debe ser asumido como experiencia edificante para que autoridades y ciudadania se preparen mejor ante previsibles arribos de otras tormentas o huracanes.
El territorio nacional se convirtió literalmente en una cazuela que recibió más de 24 horas continuas de lluvias desde antes de arribar la tormenta ayer y mucho después de internarse en el Océano Atlántico, lo que se tradujo en reportes de inundacionesy deslaves en casi todas las provincias.
El mandatario aseguró que el Gobierno reparará las viviendas afectadas por la tormenta, lo que representa una nota de alivio para centenares de familias cuyas casas fueron dañadas por inundaciones o deslaves, aunque también debe asistir a productores agropecuarios y pequeños comerciantes, cuyos predios o negocios quedaron destruidos o diezmados.
Un reporte preliminar del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) indicó que 547 viviendas fueron afectadas, 280 personas movilizadas, 2,760 vías afectadas, seis poblaciones incomunicadas, un puente afectado y 120 acueductos fuera de servicio.
La cuantía inicial de los daños infligidos por Franklin no excede a las atemorizantes expectativas de destrucción que propias autoridades y población se habían forjado, además de que el Gobierno dispone de RD$594 millones para afrontar situaciones de calamidad, como la generada por esa tormenta.
Se sabe también que las erogaciones en ese capítulo presupuestal pueden ser declaradas de urgencia para obviar tramos burocráticos, por lo que no habría mayores dificultades en ejecutar programas de asistencia directa a damnificados por la tormenta.
Al retornar el país a la plena normalidad, Gobierno y población deberían redoblar el compromiso de iniciar desde ahora preparativos de prevención y protocolo ante contingencias y desastres que podrían ocasionar tormentas y huracanes que previsiblemente podrían arribar durante la activa temporada ciclónica.