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Invivienda entre invasores, mugre, delincuencia y drogas

Invivienda entre invasores, mugre, delincuencia y drogas

Abandono, arrabalización, mugre, drogas, delincuencia y contaminación es el ambiente que se respira en el área del Invivienda Santo Domingo, conocida como “Los Invasores”.

En un estado inhumano y con un futuro sin esperanza viven sus ocupantes ante la falta de respuesta de las autoridades, que temen desalojarlos, concluir los apartamentos y entregarlos a sus legítimos dueños.
Aventurarse a cruzar por el lugar en horas de la noche o la madrugada es de alto riesgo, debido a la cantidad de vendedores de drogas, asaltantes y ladrones de accesorios de vehículos que hay en el lugar.

Llegada del ciclón

Con el ciclón George en 1998, cientos de familias de diferentes barrios irrumpieron para refugiarse en el complejo Invivienda, cuya construcción inició en el gobierno de Salvador Jorge Blanco. Ocuparon edificios de cuatro manzanas que se encontraban a medio construir, sin que el Invi actúe.

Descuido

Charcos de aguas cloacales, montones de desechos, hierba, chatarras y con edificios sin empañetar, sin ventanas y con múltiples filtraciones, así viven los ocupantes de los edificios denominados “Los Invasores”.

En la calle Manuel del Cabral hay un charco de aguas negras, lo que constituye una amenaza a la salud de los vecinos.
Alfredo Acevedo Luna dijo que aquí se vive un infierno con las aguas cloacales que inundan su apartamento 1C de la manazana 46- 85.
Son cuatro manzanas que constan de unos 832 apartamentos ocupados sin terminar.
Cada una de ellas de 13 edificios que están sumidos en la ruina con falta de empañete, de escalones; muchos sin ventanas y otros las tienen de cartón o madera rústica; a esto se añade la delincuencia y que el uso de una propiedad no asignada mantiene en un estado de suspenso a los ocupantes.

Derechos adquiridos

Aunque los ocupantes reconocen que viven en una propiedad ajena, creen que por el tiempo en los apartamentos tienen derechos adquiridos.

Los edificios denominados “los Invasores” están ubicados al este de la avenida Charles de Gaulle, en Santo Domingo Este.
Cada manzana tiene 13 edificios de 16 apartamentos. Allí viven cientos de familias en condiciones infrahumanas.
En el lugar hay una iglesia sin empañetar y en el entorno se han establecido talleres y concentración de chatarras.

Hubo rescate

En la administración de Hipólito Mejía se rescataron 700 apartamentos, con una operación sorpresa de efectivos de la Fuerza Aérea Dominicana, que concluyó con la instalación de un destacamento para impedir el retorno de los desalojados.
Muchos de esos desalojados fueron ubicados en El Tamarindo y otros sectores de Santo Domingo Este.

Varias administraciones han pasado y ninguna ha terminado la construcción de los apartamentos por lo que no han sido asignados. Algunos de los invasores tenían la asignación desde el Gobierno de Jorge Blanco, pero fueron ocupados sin ser entregados.

En el lugar también viven algunos en condición de inquilinos.

Algunas personas le han dado mantenimiento a su vivienda pero solo por dentro, sin embargo, hay muchas de ellas que tienen filtraciones hasta de aguas negras.

Comunidad reclama

El presidente de la Junta de Vecinos Nueva Alianza de Invivienda, Santiago Mercedes Castillo, dijo que la comunidad está cansada de solicitar la terminación de los edificios inconclusos y deteriorados al Instituto Nacional de la Vivienda ( INVI), pero que su incumbente, la arquitecta Alma Fernández ha hecho caso omiso.

“La señora Alma Fernández no nos recibe, le enviamos un documento al presidente Danilo Medina en el 2013 y él nos dijo que la directora del INVI se iba a reunir con nosotros. Estamos cansados de dar viajes”, narró Mercedes Castillo quien indicó que que faltan por terminar más de 30 edificios.

“Me estoy muriendo, quiero vivir tranquila en una casa con su título en los días que me queden de vida”, dijo María Castaños una de las ocupantes.

Moradores de las manzanas “Los Invasores” se quejan de que el Gobierno ha los tiene abandonados y que no son beneficiados con ninguno de los programas y servicios sociales del Gobierno.

La dirigente comunitaria Gisela Hernández dijo que las autoridades tienen que sentarse a negociar con ellos, porque no aceptarán ser reubicados en casa de madera y si el INVI conversa con ellos estarían en la disposición de pagar el inicial de las unidades en las que viven.

Recordó que algunos de los ocupantes han pagado el inicial y que, aún así, no han terminado los apartamentos.
“Nosotros estamos dispuestos a llegar a un acuerdo. El Presidente prometió dar muchas casas y mucho techo. Es una inseguridad lo que estamos viviendo sin saber en que estamos”, señaló.

Añadió que en los edificios “Los Invasores” no llega la mano amiga del Gobierno, “aquí no se da una caja de Nochebuena, no se da un juego para los niños. Aquí nunca se hace una rifa para el día de las Madres, porque para el gobierno nunca hay”.
Los servicios de electricidad y recogida de basura también son precarios y ni siquiera realizan operativos médicos.

El estado de insalubridad hace vulnerable a las enfermedades virales como el dengue y la chikunguya y otras enfermedades.
El último edificio fue invadido el 20 mayo del 2012, en la calle Francisco Alberto Caamaño Deñó, día en que se realizaron las elecciones en las que resultó electo presidente Danilo Medina.

Ocupados

Los edificios ocupados están en las manzanas 47-00, 66-00, 46 -85 y 46- 86, ubicados en las calles Marcelo Lara, Pedro Bonilla, Gregorio García Castro y Julio Genero Campillo Pérez.

Bruny García, quien reside en uno de los apartamentos en calidad de inquilina, dijo que la delincuencia en la zona ha llegado a un nivel, que las mujeres no pueden salir a las calles con cartera ni celular.

El 31 de mayo del 2013 agentes de la Dirección General de Migración y un equipo Swat de la Policía Nacional desalojaron en horas de la madrugada a unos 60 migrantes haitianos que desde hace varios años ocupaban uno de esos edificios.

Irresponsabilidad Invi

Las autoridades del Invi se han hecho de la vista gorda ante la situación y su directora, la arquitecta Alma Fernández ha rehusado dar una explicación sobre el problema.

El pasado miércoles a las 11:00 de la mañana reporteros de El Nacional visitaron la institución en aras de tener una reacción sobre el caso, pero la respuesta que ofrecieron en la Dirección de Prensa fue que la funcionaria estaba ocupada y no podía atender periodistas.

Explicaron que la persona que maneja el tema es la subdirectora social del INVI, Margarita Pimentel, pero que no se encontraba en la institución y remitieron a su asistente, Iralda Batista, quien también rehusó dar información al respecto.

El jueves en la mañana también El Nacional insistió marcando el teléfono de la asistente de la subdirectora social del Invi y la respuesta de la operadora fue, cada vez,: “Ese número está ocupado, trate otra vez más tarde”.

Domingo Berigüete

Periodista especializado en prensa jurídica y eléctrica