Opinión

Jícara de coco

Jícara de coco

Un estudio del Banco Mundial ha concluido en que para cerrar la brecha de la pobreza extrema en República Dominicana se requieren de unos 33 mil millones de pesos adicionales, equivalentes al 1.3% del Producto Interno Bruto (PIB), recursos que deberían provenir de un nuevo enfoque de fiscalidad.

Las exenciones fiscales para 2017 ascenderían a unos 230 mil millones de pesos o a un 4% en proporción al PIB, mucho más de lo requerido para mitigar el hambre y la marginalidad de quienes malviven al otro lado de la verja de la miseria extrema.

De 48 mil millones de pesos adicionales que contempla el proyecto de Presupuesto para el año próximo, apenas unos $3,000 millones van dirigidos a fortalecer programas sociales de combate directo a la pobreza extrema.

No hay que tener la condición de experto en materia tributaria para deducir que el sistema de fiscalidad se sostiene sobre una estructura injusta, tanto en los requerimientos de aportes impositivos como en la distribución de los ingresos.

En proporción al crecimiento de la economía, que para 2016 sería superior al 6% del PIB, los 33 mil millones de pesos que se requieren para conjurar la pobreza extrema constituyen una suma ínfima de dinero que puede ser endosada a los sectores más favorecidos con ese incremento.

El Banco Mundial sugiere que el Gobierno podría aumentar los ingresos por vía de una reducción de las exenciones fiscales que fueron a parar en términos de impacto principalmente a hogares medianos y altos, aunque debe decirse que la clase media acarrea la mayor carga fiscal.

La pobreza extrema representa un lastre, un motivo de vergüenza para una sociedad que pregona su crecimiento sostenido, pero que no ha tenido la voluntad ni la capacidad de redistribuir riqueza y combatir de manera frontal una inequidad social y económica que crece en vez de disminuir.

Ojalá que el informe del Banco Mundial que señala que con un ingreso adicional de 33 mil millones de pesos, equivalente al 1.3%, se eliminaría la pobreza extrema, no sea excluido de una anhelada discusión sobre fiscalidad. Eso es jícara de coco.

El Nacional

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