Opinión

Juan Pablo Duarte

Juan Pablo Duarte

Juan Pablo Duarte, padre y fundador de nuestra República Dominicana, nació el 26 de enero de 1813 en Santo Domingo, hijo de doña Manuela Diez, del Seíbo de padre español y madre dominicana, y Juan José Duarte, un próspero comerciante español. Desde pequeño Duarte dedicó gran parte de su tiempo a practicar instrumentos musicales, así como la poesía, la lectura y la escritura.

Se comprometió con María Antonia Bobadilla pero la relación no prospero ya que su corazón le pertenecía al pueblo y sus sueños a la libertad. Junto a Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez iniciaron la gesta épica que logró la libertad y separación de nuestro país, ocupado por fuerzas haitianas por 22 años y que un 27 de febrero de 1844, gracias al genio inspirador del patricio Duarte de tener una patria libre y soberana. Una de sus frases más insignes y que nos revelan su más firme convicción y sentimientos, nos decía; “Nuestra Patria ha de ser libre e independiente de toda Potencia extranjera o se hunde la isla”.

Murió en la extrema pobreza a la edad de 63 años en Caracas, la noche del 14 de julio del 1876, junto a sus hermanas, Rosa y Francisca, quienes estaban a su lado y su hermano Manuel, quien tenía perdida la memoria, en una casa muy humilde cuyo mobiliario era escaso.

Una vida de enfermedades, privaciones y sacrificios lo habían reducido a esa penosa situación fruto del destierro y las mezquindades políticas que casi siempre se imponen en la práctica, desgraciadamente, a los corazones puros y los ideales. Al celebrar los 203 años de su natalicio, es propicia la ocasión y hoy más que nunca, ya que intereses extranjeros atentan con

desconocer, o al menos ignorar, su legado y la obra titánica llena de sacrificios y privaciones de Juan Pablo Duarte. El y sus valientes trinitarios dieron sus vidas y todos sus bienes para que hoy seamos libres y soberanos.

Deseamos que los organismos internacionales y algunas potencias estudien nuestra historia, nuestros orígenes, nuestra cultura y nuestra valentía. Tal como nos exhortó con sus pensamientos inmortales; “Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán víctimas de sus maquinaciones”.

“El Gobierno debe mostrarse justo y enérgico…O no tendremos Patria y por consiguiente ni libertad ni independencia nacional”. “Trabajemos por y para la patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos”. “Cuán triste, largo y cansado, cuán angustioso camino, señala el Ente divino al infeliz desterrado”.

Queremos hacer un llamado a los miembros del congreso y la sociedad para que el día de Duarte sea inamovible, y redoblar los esfuerzos para enseñar cada vez más a las nuevas generaciones lo transcendente y determinante que fue nuestro patricio Juan Pablo Duarte, nuestra razón de ser, para que hoy existamos como una República libre, soberana, independiente y orgullosa.

El Nacional

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