También llamada catedral de San Salvador, es uno de los lugares más visitados en el norte de Bélgica, su construcción duró casi 200 años y fue saqueada e incendiada varias vece
La Catedral de Brujas, también llamada la Catedral de San Salvador es uno de los lugares más visitados de esta población del noroccidente de Bélgica, así como uno de esos símbolos que se ven en las fotos panorámicas y cada vez que se habla de esta población.
Este templo originalmente no fue construido para ser una Catedral, pero obtuvo ese nombre en el siglo diecinueve, después de estar desde el siglo décimo como una iglesia parroquial.
Esta iglesia, que es la principal de la ciudad, es una de las pocas edificaciones en Brujas que han logrado sobrevivir el paso de los años y todos los sucesos propios de la historia.
Sin embargo, si ha sufrido varios cambios y renovaciones, como aquellas de su techo que sufrió grandes daños después de un incendio que sucedió en el siglo diecinueve, con lo que adquirió su nueva torre alta que se puede ver desde varios puntos de la ciudad.
Pero lo más impresionante de esta iglesia no lo ves en la parte de afuera, sino en su interior, donde se encuentran varias piezas de arte que estaban en la destruida Catedral de San Dionisio.
A la entrada se pueden ver varios tapices de pares que fueron hechos en Bruselas por Jasper van der Borcht en el siglo dieciocho y que fueron mandadas a hacer por el obispo Hendrik van Susteren.
Se necesitaron dos siglos (del XIII al XV) para construir la iglesia. Entre los muchos tesoros artísticos, se encuentra la Madonna y el Niño, una hermosa escultura en mármol de Miguel Ángel.
La iglesia también contiene una pintura de la Crucifixión de Cristo por Anthony van Dyck, y un extravagante púlpito de estilo rococó diseñado por el artista local Jan Antoon Garemijn.
Igualmente impresionante es la tumba al lado de la iglesia, con esculturas de bronce de Carlos el Temerario, duque de Borgoña, y su hija, María de Borgoña.
Es la iglesia más antigua de Brujas, corresponde a los siglos XI a XV, y ha sido recientemente restaurada
Su nombre proviene del noruego antiguo «Bryggia» puentes, muelles, atracaderos
El templo tiene una interesante sillería, tumbas medievales y un museo con abundante colección