Estuve en un taller sobre violencia doméstica en Santo Domingo Este y escuche de una cantora popular una historia que daba grima. Al lado de su casa hay un taller ilegal de mecánica, porque no existe una regulación en el país que obligue los talleres de mecánica a establecerse en terrenos lejos de las barriadas, donde contaminen con todo tipo de gases y violencia las casas aledañas.

Ello provoca que quienes establecen en viviendas particulares sus talleres de mecánica practiquen la arbitrariedad y la violencia. Es difícil encontrar un dueño de taller, en una zona prohibida, que no sea un kamikaze o psicópata y que no se mantenga, en contra de la opinión de los vecinos, en base a la violencia y el abuso abierto.

Ese mismo abuso lo practican contra los niños que emplean. Según reportaba esta señora su psicópata vecino en cuestión empleaba a un niño de ocho de la mañana a diez de la noche y añadía al abuso laboral el físico y el verbal. Este psicópata en cuestión también había embarazado una muchachita del barrio que ya con quince años tenía una bebe de diez meses, a la cual a su vez, (porque la violencia es un ciclo) dejaba caer y maltrataba de todas las maneras posibles. Esa chica, por cierto, esta otra vez embarazada.

Todos la escuchábamos con estupor y se me ocurrió mencionar el Conani. Busca al director técnico, Alberto Padilla, para que por lo menos rescaten a la niña de diez meses. ¿El qué? El Conani, tienen una unidad contra el abuso y si los llamas irán a tu barrio. ! Qué raro! dijo, ¡nunca los he oído mencionar!

Y no los ha oído mencionar porque falta una campaña nacional por radio y televisión donde el organismo se de a conocer y mantenga un número que la gente pueda llamar cada vez que se enfrente a la psicopatía de la explotación laboral y sexual de quienes a su vez alguna vez fueron abusados. Hay que recordar que a menos que la psicopatía sea un mal congénito, es producto de un ciclo de abuso, porque el abuso genera abuso, sea este verbal, que también es una forma de violencia, o físico.

En todas las reuniones a que asisto sobre trabajo infantil planteo la posición de la Asociación de Niños Trabajadores, que con 15 millones de miembros en la región insiste, una y otra vez, que no planteen la erradicación del trabajo infantil porque es una quimera, y “si no trabajamos nos morimos de hambre”, sino formas de protección de los niños trabajadores,en el trabajo.

No es con declaraciones mundiales, es con amorosa vigilancia que los protegeremos.