Con los fiscales y policías que actúan con negligencia, o no actúan, en los casos de violencia doméstica, nada sucede. Nadie averigua quienes son ni que no hicieron, aunque son corresponsables de la muerte de las víctimas, y nadie los sanciona ni multa y entonces las historias de horror se repiten.

Es como mi denuncia del acoso del coronel Rafael Sosa del periodista, inutilizado por dos infartos y una isquemia, que se trata de ganar la vida como estacionador en la Zona Colonial. Despuésde lo que publiqué el coronel convocó a los otros parqueadores y los amenazó con “meterlos presos”si ayudaban a Danilo Ortega, es decir mi denuncia en vez de llamar la atención del Jefe dela Policía, o de Domínguez Brito, lo que ha provocado es un agravamiento de las amenazas.

Ignoro si lo que dicen es verdad: que antes el coronel se desempeñaba como capataz en una de fincas, y que llegó a ser tan represivo que lo premiaron recomendando su ingreso a la policía para que manejara la Zona Colonial. Ojalá que sus patrocinadores que ya tantos problemas tienen a nivel internacional aclaren esta información y se desliguen del comportamiento arbitrario de un coronel para quien ser pobre, “pelú”o “jediondo”es motivo de cárcel.

Con tanta cocaína circulando libremente en la Zona, creo que este señor podría ser más útil en la Dirección General de Drogas, donde su ferocidad se enfrentaría no a niños, adolescentes y ancianos, sino a verdaderos criminales, con armas incluídas.

Volviendo a los fiscales y policías que según una de la víctimas (más reseñadas por los medios) de violencia doméstica: Dominga Pérez,( la que perdió las dos manos), nunca le hicieron caso, a pesar de que su exmarido Pedro Alberto Reyes le había dado una pedrada en la cabeza y un martillazo, habría que investigar quienes recibieron la querella y crear un sistema, a partir de este caso, donde todo funcionario que no cumpla su deber sea multado, en un primer momento, y despedido, si se repite.

Las multas irían a un fondo para apoyo de los hijos y la cancelación sería deshonrosa, es decir, sin posibilidad de recontratación. En esa investigación también habría que registrar las veces en que Pedro Reyes (no olviden el nombre) salió bajo fianza, y que jueces lo dejaron ir.
Donde reina el desorden judicial, los abusos de todo tipo y la indiferencia, lo que el Magistrado Germán debe anunciar es el inicio de las sanciones a todo nivel, desde el destacamento hasta el juez que libera. Sino habrá que apelar a Tarzán.