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Las mal queridas

Las mal queridas

La historia de la humanidad revela que las mujeres siempre han sido maltratadas y relegadas a planos inferiores. Sin embargo, fueron y son las depositarias de la mayor dosis de amor que ha prodigado la humanidad.

De las mujeres emana la vida, dada su condición de concebir y parir. Y en cada uno de sus roles; léase: esposas, madres, hermanas, parejas, etc., concitan un caudal de amor inagotable. Lamentablemente, esa realidad ha devenido degradándose en violencia y criminalidad.

Nuestro país desde la época colonial, y, durante el periodo previo a su tradición republicana registra altos niveles de abusos y maltratos contra la población femenina. La historia contemporánea; periodo en el cual somos testigos de excepción, ha acuñado el término “feminicidio” para referirse a la diversidad de casos y la frecuencias con la que se producen.

Los Gobiernos pregonan con alborozo cada 8 de marzo, sus iniciativas orientadas a garantizar la seguridad y los derechos de las mujeres, y de la sociedad en su conjunto. No obstante, la violencia intrafamiliar, los feminicidios y otros males, siguen aumentando. Todo debido a que, las instituciones responsables de velar por el orden y la seguridad no cumplen su papel. Además, la fragilidad del régimen penitenciario y la lenidad de las sentencias no contribuyen a escarmentar a sus verdugos.

Si pervive la situación el día 8 de marzo, no pasará de la conmemoración de hechos heroicos en los cuales las mujeres a nivel internacional lucharon con singular valentía por sus reivindicaciones políticas y sociales. En el plano local, podríamos llenar páginas con los nombres de nuestras heroínas en las luchas patrióticas, políticas y sociales que se han librado. No obstante, nuestras mujeres continuaran siendo las mal queridas.