Evaluando un proyecto para niñas en El Salvador, entré en contacto con un refugio para jovencitas víctimas de la violencia de los llamados Maras de ese país, algunas embarazadas por violaciones masivas y totalmente deshechas a nivel psicológico. Llegué con los ojos vendados, porque esos mareros buscaban el refugio como aguja en el pajar para eliminar a quienes podían identificarlos. Me puse a estudiar el fenómeno y allí me enteré de que conformaban un ejército mercenario de más de cien mil jóvenes, liderados por ex -convictos presos en los Estados Unidos, que en un año deportó 76,000 muchachos a ese pañuelo de país. La gente decía: “Allá nos los dañan y después nos los envían”,culpando a la ultraderecha de Estados Unidos de haber propiciado el desencanto masivo de esa juventud, mediante el aborto de todo intento de justicia social.
Lo que más llamaba la atención era la psicopatía social de esa juventud. ¿Por qué los mató? Porque les dije que no me miraran y lo hicieron. ¿Y usted? Porque se movió, demostrando un desprecio por la vida rayano en la impiedad, pero ¿qué piedad se podía esperar de niños que crecieron como animales,víctimas de todo tipo de violencia? Son los habitantes del fango y del hambre, desconocedores de todo tipo de ternura, hijos de padres con las mismas características, si es que alguna vez los tuvieron.
“Somos indestructibles”, decía un mara brasileño,”porque no tememos a la muerte y ustedes sí, porque somos la mayoría, tenemos mejores armas, el inmenso capital de la droga, y no tomamos el poder político porque no nos interesa”, en unas espeluznantes declaraciones a un diario local.
Conocí otro tipo de Mara cuando un jovencito que me ayudaba con el jardín se apareció en casa con tres más para mover unas plantas. Orgulloso me los presentó como Duarte, Sánchez y Mella y miembros de Los Trinitarios. De inmediato dejamos lo que tenían que hacer para conversar y enterarme de que se trataba la organización y cuál era su estructura, a lo que Duarte como líder del grupo respondió sin titubeos.
Los Trinitarios se formaron en las cárceles de Estados Unidos, “donde a los dominicanos los tenían de relajo y mango bajito”. Son una organización de autodefensa. “Nos organizamos para ayudar a cualquier dominicano que entrara en la prisión y como Duarte defendió a los dominicanos le pusimos a la organización La Trinitaria. Estamos organizados en células y el que la dirige y más protege a los demás se llama Duarte, el próximo Sánchez y el que sigue Mella. No somos criminales, nosotros combatimos el crimen en los barrios, pero la policía nos persigue.
Somos miles.