Opinión

Leonel y la historia

Leonel y  la historia

La mezquindad jamás debe guiar las acciones de las mujeres y los hombres sensatos. Hay que reconocer que el expresidente Leonel Fernández logró alcanzar sus metas con mucho sacrificio. Es un hombre realizado. Lo tiene todo. Poder, riqueza, grandes amigos: desde el chino prieto del Club Mauricio Báez, hasta el académico Giovanny Sartori. Ha sido tres veces presidente de la República. Tiene una bella familia. Disfruta su vida intelectual y goza de un reconocimiento internacional innegable.

Entonces, la pregunta es obligada: ¿Qué es lo que busca el presidente Fernández con su insistencia de retornar a la silla de »alfileres» por cuarta ocasión? La respuesta es lógica, entendible y contundente: pasar a la historia con un juicio crítico favorable.

Y tiene todo el derecho de hacerlo. Esto implicaría claro está, un reencuentro con el Leonel que defendió los movimientos de Liberación Nacional, que motivó la búsqueda de mayores espacios democráticos, la libertad política y la importancia de que los pueblos luchen por sus valores familiares, culturales y espirituales. El profesor Fernández tiene el derecho de querer poner la balanza de la historia a su favor, como lo han hecho otros grandes hombres, que se han levantado sobre sus yerros. Sus estrategas políticos tendrán mucho trabajo al respecto.

Quizás importe significar, puesto que he sido muy ríspido a analizar sus gestiones de gobierno, que conocí a don Juan Bosch hace más de 30 años, precisamente en la casa del ex gobernante, en el siempre recordado colegio Alfredo Nobel, desde entonces, asumí a Don Juan como mi maestro y debo confesar que ciertamente esperé más de los gobiernos de Leonel, en aspectos medulares como: el impregnar una conciencia moral y ser implacable con la corrupción, tal y como nos enseño el viejo maestro. Mientras tanto, el Gran Juan Montalvo nos dijo en una de sus obras, que Cervantes había olvidado algunos capítulos. Quizás Leonel admita que olvidó a Bosch, Hostos, Ulises Espaillat y a Santiago Guzmán Espaillat y quiera volver a ellos en su cuarto mandato. Está en su pleno derecho.

En cuanto a la oposición política, pienso que está totalmente desorientada. Enfrentar al presidente Fernández en lo personal, es un error infantil. La crítica tiene que ser institucional, al PLD, que obtendrá cerca de un 37% % con cualquier candidato. Por lo que, derramar odios y frustraciones contra el hijo de Villa Juana, es incentivar a un falso debate que no le suma a la oposición.

»Los tiempos no están como para brindar asesoría gratuitamente», pero pienso que a Leonel hay que enfrentarlo con ingenio, con agudeza de criterio, sin odios ni rencores y mucho menos ahora, que ni siquiera es el candidato.

El Nacional

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