Sexismo lingüístico, caos
(II)
Las nuevas jergas detrás de una inclusión que ya existe, “quiebra la esencia” del léxico, la gramática y la ortografía de los emisores castellanohablantes, y lanza un reto a la Real Academia Española, que “tiene como misión principal velar porque los cambios que experimente la Lengua Española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes”, “conserve el genio propio de la lengua”.
Ejemplifiquemos el compuesto de distorsiones del denominado lenguaje de la sexualidad:
1.- “Los/las”. El uso de esta barra para juntar dos artículos pisotea reglas gramaticales, en un superfluo desdoblamiento léxico o duplicación de géneros.
2.- “Dominicanos y dominicanas respetuosos y respetuosas”. Este doblete deviene en tautología o redundancia. Despliega como un dislate.
3.- Buenos días “a todos y a todas”. Se trata de un hipónimo o repetición, en virtud de que “Todos” engloba a hombres y mujeres.
4.- “La miembra” y “La estudianta”. Además de la impropiedad, sustituir los morfemas “o” y “e” por la vocal “a” resulta malsonante y extravagante. Como contraparte, en vez de periodista tendríamos que escribir o pronunciar periodisto; en lugar de artista diríamos artisto, policio o no policía, cliento y no cliente, la hembro y no la hembra, la criaturo y no la criatura, la persono y no la persona, y la víctimo y no la víctima.
5.- “La dirigente/ta”. Una cursilería anómala e improcedente.
6.-“@” (chic@). Agramatical, porque el recurso grafema de la arroba, que une la “a” y la “o” como representación del masculino y el femenino, es un injerto ridículo sin valor lingüístico. En ningún idioma ha sido admitida la colocación de una sílaba con la @, debido a que no es una vocal.
7.- “Amigues”, en vez de amigos: un invento insólito, que se escurre como un eufemismo.
8.-“Les niñes”, otra premisa de la subjetividad terminológica.
9.- “Todes” y “Todxs”, en reemplazo de todos. El español tampoco acepta una sílaba con la “x”, ya que no es una vocal.
10.- “Chicxs” y “chiques”: dos locuciones improvisadas, que ni siquiera pueden pronunciarse, por las trabas fonéticas.
11.- “Hen” y “hon” (ella o tercera persona sin género), en un canje por “han” (él), en otra forzada y confusa ligadura en la variación de la genitalidad.
12.- “Querides alumnes”, por queridos alumnos y queridas alumnas. ¡Qué chabacanería! .
En su informe de 2020, la Real Academia Española, máxima autoridad rectora del habla materna que cuida la propiedad, la unidad y la comprensión del idioma en el ámbito hispánico, sostiene que “el uso de la “@” o de las letras “e” y “x” como supuestas marcas de género inclusivo es ajeno a la morfología del español, además de innecesario, pues el masculino gramatical ya cumple esa función como término no marcado de la oposición de género” (5).