Opinión

Lo que nos espera

Lo que  nos espera

Rafael Grullón

Nunca nos imaginamos que estar a la cabeza, en el orden práctico porque la mujer es la que manda en la casa, de una familia tenía tantos retos. Nuestras hijas, al igual que todos los mortales, no resisten ver una cucaracha ni un ratón cerca, reminiscencia de un pasado remoto en la historia de la evolución.

Una vez nos penetró a la casa por el patio un ratoncito y las muchachas enloquecieron hasta que logramos echar la especie hasta el cuarto de baño, donde nos encerramos con el ratón hasta vencerlo en una batalla con un palo de escoba como arma.

En estos días nos ha tocado la tarea de enseñarlas a manejar. A pesar de sus estudios universitarios, no he podido convencerlas de que conducir vehículo, al igual que el periodismo como decía una ícono de oficio de España, no se enseña, sino que se aprende.
Cuando reiniciamos una de las prácticas con una de las muchachas ahora que están de vacaciones, vemos que arranca muy torpemente, y que para que no se lo tomen en cuenta nos dice: “Papi, esto como que se me olvidó”.

En unos minutos, ya la muchacha le había tomado el pulso al vehículo. Cuando concluimos le dije: “Lo que se aprende con la práctica no se olvida”.

La información no solo se almacena en el cerebro, sino en el cuerpo entero, que vive la experiencia.
Cuenta uno de los entrevistados por Eduardo Punset que una vez una mujer fue violada mientras veía un programa de televisión de un psicoanalista. Cuando fue a la corte, lo acusó de ser la persona que recordaba que le había violado.

La defensa de psicoanalista fue fácil. Le dijo a la corte “Yo no podía haber violado a esta mujer, porque en el momento que eso sucedía, yo estaba en vivo en la televisión. La mujer estaba viendo el programa, y eso era lo que recordaba.

Cuando nos hablan de Siberia, solo recordamos aquella descripción de la otrora Unión de Repúblicas Soviéticas hecha por Gabriel García Márquez en su crónica Detrás de la Cortina de Hierro. “Los trenes eran casas rodantes rumbo a la Siberia”, decía.

Pero ahora, cuando se describe el cambio climático, nos cuenta que allí en La Siberia no solamente están los referentes de una tierra interminable y de los desterrados de Stalin, sino también que debajo de aquel suelo congelado, se encuentra una cantidad inmensa de metano, que de brotar a la superficie por causa del calentamiento global, La Casa Común, de la que hablaba Gorbachov dejaría de ser habitable.

Pero la única posición vivida, no pensada, de las consecuencias del cambio climático y de comerse los recursos naturales, solo ha existido en la Isla de Pascual, donde sus primeros habitantes tumbaron el último de los árboles. Sólo los habitantes de allí vivieron lo que nos espera de no detener el Cambio Climático.

El Nacional

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