La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ubicó a República Dominicana, junto a Nicaragua, Paraguay y Panamá, entre los cuatro países de la región cuyo nivel de endeudamiento externo supera el 70 %, del Producto Interno Bruto (PIB), cifra que provoca llevarse las manos sobre la cabeza.

El país también figura entre siete naciones que muestran aumento de la deuda pública por encima del promedio y entre cuatro que registran un incremento superior a los diez puntos del PIB al cierre de 2019 y septiembre de 2020.

Solo República Dominicana (14.1) y Brasil (14.8) sobrepasaron los 14 puntos en sus niveles de endeudamiento, según la Cepal. El promedio de la deuda de los gobiernos de América Latina es de 53.4 %, por lo que debería llamar la atención que la de aquí llegue al 70 %.

Analistas del Banco Central ofrecen una nota de alivio al señalar que no es la primera vez que una crisis provoca un aumento en el nivel de endeudamiento y que no es fortuito que agencias calificadoras mundiales mantengan la calificación crediticia sobre la deuda soberana dominicana.

En ese informe se señala que la crisis del coronavirus ha provocado una caída de la actividad económica de -7.7 %, lo que sumado a adiciones presupuestales para apoyar a empresas, hogares y a trabajadores, elevaría la deuda dominicana hasta 68.1 % del PIB a final de 2020, estimado muy cercano a la cifra de la CEPAL.

El Banco Central recuerda que en 1987, la deuda pública alcanzó un máximo histórico de 83 % del PIB, en el entorno de una crisis que afectó a América Latina, y que la crisis financiera de 2002 disparó el endeudamiento desde un 21.9 % a un 46.9 %, referencia que recuerda la ley del mal menor.

Cualquier estrategia de reducción de la deuda requiere de una reforma fiscal, tal y como apunta el Banco Central, además del compromiso del Gobierno y de los diferentes sectores de promover reformas estructurales necesarias para la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Resulta imprescindible también que a la par con esas reformas, el Gobierno continúe su respaldo a las empresas, los hogares y a los trabajadores, cuyos estímulos deben desmontarse gradualmente a fin de garantizar la reactivación económica.

Se reconoce que crisis financieras generan incremento del endeudamiento, como ocurre ahora con la afectación pandémica, pero es claro que el nivel del 70 % alcanzado por la deuda dominicana es motivo de alarma, de llevarse las manos a la cabeza.