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Marco aspira a que dominicanos descubran el tesoro de frutas

Marco aspira a que dominicanos descubran el tesoro de frutas

Al llegar a la casa  levantada  en mampostería y ladrillos  que conserva el digno  acento arquitectónico de la zona colonial y marcada con un letrero “Helados Italianos”  de este hombre, en la calle Arzobispo Portes encontramos a Marco Ferrari junto a sus tres pasiones.

La primera es  su familia formada  una  amistosa e inquieta   hija, Tania, su esposa  Isabel, hermosa cubana y de gran facilidad para la conversación  y su apoyo permanente.

La segunda es su arte: sus cuadros  detalladamente realistas, tanto retratos como monumentos coloniales reproducidos a acuarela y témpera con una precisión realista que cualquiera cree que son fotos a blanco y negro, sus obras en óleo y técnica mixta y sus esculturas.

Algunos de estos retratos fueron realizados cuando Marcos  tenía 12 ó 13 años. Hoy, entrado en edad madura, con el pelo encanecido y conservando un vigor y una firmeza casi juvenil, Ferrari no se envanece de sus obras.

Las considera pasos dados de un camino largo que justifica su existencia y pocas veces piensa en venderlos para vivir de sus creaciones.

La tercera es su pasión laboral: los helados naturales de frutas del Caribe. Lo encontramos preparando un helado de uva de playa que pondrá más tarde en la  vitrina de la heladería que  opera en su casa.

Sobre su pintura

Con una extraordinaria destreza estética y técnica, Marco Ferrari es un pintor y escultor realista de un estilo acabado y definidamente identificado con la belleza de los monumentos coloniales, a los que dibuja y pinta con pasión. Sus cuadros a tempera, acuarela, y carboncillo, parecen fotos a blanco y negro o duo-tono.

Sus retratos al óleo y con reforzamiento de otras técnicas, tienen la profundidad que invitan a la contemplación de aquellos rostros  y ambientes bien realizados, su volumen, coloración cuidadosamente realizada, luminosidad equilibrada y el equilibro de las formas.

Como todo buen artista, cuando termina un cuadro, éste pasa a ser historia y comienza uno nuevo. La mayor parte de sus obras están esparcidas por el mundo, casi todas regaladas.

Frutas por descubrir

Cuando llegamos, Marco Ferrari tenía en sus manos un recipiente con uvas de playa, para hacer su próximo helado natural. De amplia experiencia como heladero de la onda naturista.

Ferrari se pregunta ¿hay alguna razón para que no se haya descubierto el universo indescriptible del sabor de  la fruta dominicana como helado natural, sin preservantes, sin leche, tal como la naturaleza lo ofrece?

Se pregunta a qué sabrá un helado de almendras. Ferrari tiene una oferta de helados, realizados en su pequeña fabrica en la casa, que incluye: mamón, zapote, carambola, grosella, chocolate, chinola, café, guayaba, naranja, lechosa, piña, entre otros sabores.

Amar lo local

Marco Ferrari y su familia se han insertado en el vecindario en la calle Arzobispo Portes, próximo a la avenida Arzobispo Meriño, en la acera del frente del Teatro Las Máscaras.

Se admira de la facilidad y sencillez del dominicano para ofrecer su amistad y tras más de diez años en República Dominicana, viviendo en paz y trabajando para tener una existencia tranquila y sin tensión, se alegra de existir y poder disfrutar de una calidad de vida modesta.

“No todos los Ferrari italianos son ricos. Yo soy un pobre, clase media baja en Italia, vivo de  pintar lo que me gusta. Mis retratos los vendo o regalo y quiero lograr que los dominicanos descubran la riqueza de sus frutas”, afirma. Estudió química. Vivió en  Cuba donde estableció una  red de heladerías.

Su vida

Nacido en Viareggio, Marco, se desarrolló como pintor muy tempranamente, cruzando técnicas: óleo, témpera, carboncillo. Estudió química. Vivió en  Cuba donde estableció una de las redes de heladerías más grandes al servicio de todo el territorio. En  esa nación socialista  conoció a Isabel, mujer con la que comparte su vida hace más de 15 años y con quien ha procreado a Tania, su hija, un tesoro con trenzas.

El Nacional

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