Las iglesias cristianas misóginas, ejercen la capacidad, de invisibilizar a las mujeres, distorsionar sus propios aportes y ocultándolas de la historia oficial del cristianismo por las jerarquías eclesiásticas que tergiversaron, por ejemplo, a María Magdalena durante siglos, (Myriam de Magdala), no fue la única, pero es la más estudiada por su papel activo al lado de Jesús.
El evangelio del Martes Santo, dice que, María Magdalena era una de las acompañantes de Jesús en el momento de la Pasión, la primera a quien se le aparece después de resucitado y la que lo anuncia. Su nombre completo aparece en varias escenas evangélicas ocupando el primer lugar entre las mujeres que acompañan a Jesús (Mt 27, 56; Mc 15, 47; Lc 8, 2); presente durante la Pasión (Mc 15, 40) y al pie de la cruz con la Madre de Jesús (Jn 19, 25); observando cómo sepultan al Señor (Mc 15, 47); llegando antes que Pedro y que Juan al sepulcro, en la mañana de la Pascua (Jn 20, 1-2); enviada a ser apóstol de los apóstoles (Jn 20, 18).
En el Congreso se ha evidenciado la discriminación de la mujer
Para el escritor francés, radicado en Canadá, Daniel Meuros, “El mensaje de Myriam de Magdala para las mujeres de hoy podría ser el siguiente: “Tomen conciencia de su papel como motor de la sociedad. Los cambios pasan por ustedes”.
Meuros, investiga durante años los 4 evangelios apócrifos entre los que está “el Evangelio según Myram”, (Magdalena), que la tradición patriarcal y masculina de la Iglesia orilló. Descubierto a finales del siglo XIX, es un manuscrito en lengua copta del año 150 de nuestra era, traducción tardía de algún original en griego, escrito al dictado de Myriam al final de su vida. Se conserva en los Museos Nacionales de Berlín, dice el escritor francés.
También, el comunicador y capacitador radiofónico español, ex sacerdote jesuita, José Ignacio López Vigil, en su obra Frente a Frente, encara al Apóstol Pablo con María Magdalena, y dice que ella presentaba la cara opuesta del cristianismo naciente, llamándola «la fundadora del cristianismo, la que proclamó “está vivo y su proyecto no terminó en la cruz'» y «la Iglesia optó por el de Pablo de Tarso marginando por completo el de María Magdalena».
El proceso que vive el Congreso dominicano con la reforma del C. Penal y el tema del aborto, nos ha mostrado esa misoginia y como ejemplo, el abuso y desconsideración cometido contra la reverenda Bethania Figueroa, pastora de la Iglesia Evangélica Dominicana, nos confirman que las mujeres en las iglesias tienen aún una lucha desigual y muy grande. No nos representan.
Por: Susi Pola
susipola@gmail.com