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Mi hijo tiene un amigo imaginario

Mi hijo tiene un amigo imaginario

Aunque a veces recordamos pocas cosas de nuestra infancia, muchas personas no han olvidado ese amigo que siempre jugó con ellos y que sus padres no podían ver: el amigo imaginario.

A algunos padres les preocupa ver a sus hijos hablar solos, pero no hay porque alarmarse, este es un fenómeno normal en esta etapa de la vida, que no supone ningún problema, salvo que afecte el desempeño funcional o provoque actitudes violentas en los pequeños.

La psicóloga clínica, especialista en Educación para la Diversidad, Rafaelina Núñez, explica que “los amigos imaginarios son parte de un proceso normal de desarrollo y del modo de jugar, que utilizan algunos niños. Al interactuar con estos compañeros de juego ellos satisfacen la necesidad de sentirse acompañados y tener un cómplice para sus aventuras, expresar sus sentimientos y reducir la ansiedad en ciertos momentos. Estas fantasías que ellos llevan a su realidad con la creatividad les sirve para relacionarse con el mundo en su imaginación, transforman la realidad y la adaptan a las necesidades que tengan en el momento”.

Estos amigos invisibles suelen aparecer desde los 2 a los 3 años y desaparecen a los 7, reveló la experta, agregando además que esto surge debido a que los niños tienen una mayor creatividad en esta etapa.

“Según investigaciones basadas en la neurociencia, aquellos niños que tienen amigos imaginarios poseen una gran imaginación y lenguaje crítico, a través de lo cual desarrollan sus emociones. Estudios pasados se basaban en que cuando los niños tienen amigos imaginarios es porque son hijos únicos, la soledad de no tener con quien compartir, también puede ser cuando el niño está pasando por algún periodo de estrés, cuando se encuentra en una situación que le provoca ansiedad, como una mudanza, una nueva escuela o la separación de los padres, puede llegar a crear un amigo imaginario como una estrategia de afrontamiento ante esta situación”.

Agrega que es un mecanismo de defensa que tiene nuestro cerebro para no afrontar de manera directa una situación que emocionalmente le está afectando, con esto el pequeño puede compartir sus emociones y hacer frente a la presión enfocándose en un amigo con el que repartir esa sobrecarga, pero en muchos de los casos es debido a la creatividad, el pensamiento mágico y alta sensibilidad que tienen los niños en esta etapa del desarrollo.

Observar

La doctora Núñez, afirma que como padres debemos tener en cuenta que si el niño se aísla demasiado, deja de interactuar con sus iguales y con otras personas de su entorno, es importante ponerlo en observación y buscar ayuda profesional.

“Así como también si el niño empieza a comportarse de manera agresiva o violenta, mediado por las fantasías, si el niño pasa los 8 y 9 años sigue presentando seres imaginarios que no han desaparecido es recomendable una evaluación ya que luego de los 7 años el pensamiento de los niños es más lógico y racional que en etapas anteriores, es deductivo y objetivo”.

EL DATO:

Actitud de los padres
*Observar discretamente el juego y la conversación que su hijo lleva con su amigo imaginario, eso le ayudará a conocer a su hijo y a descubrir si trata de decirle algo.

*Evite el regaño cuando vea al niño hablando solo, ya que solo se conseguirá que juegue a escondidas.

*Investigue de forma discreta con preguntas sencillas y de vez en cuando sobre su amigo imaginario, como qué piensa sobre algún tema o a qué jugaron por la mañana. Tal vez descubras cosas que el niño no se atreve a decirle directamente.

*Revise si el tiempo que pasa con él es de calidad y si necesita más atención, ya que muchas veces las figuras imaginarias reflejan carencias afectivas, como la necesidad de un hermano, la falta de amigos o la escasa comunicación con los padres.

*Si el amigo imaginario impide su desarrollo social y distrae demasiado su atención, consulte a un profesional.