El reinicio de los trabajos para la construcción de la Presa de Monte Grande abre un abanico de expectativas para toda la región Suroeste, tradicionalmente afectada por las inundaciones del río Yaque del Sur y carente de agua, además de que será una importante fuente de trabajo.
Se recuerda que hubo denuncias muy fuertes, de parte de altos funcionarios, en el sentido de que el proyecto original había sido enormemente sobrevaluado.
Hay algo que no entendemos, pues es ilógico que informes de auditores puedan establecer el costo real de una obra.
En un artículo anterior, habíamos dicho que en abril de 2002 la firma Concrete & Metal Group, compuesta por empresarios mexicanos y españoles, entregó al Indrhi una oferta llave en mano con financiamiento garantizado para diseñar y construir esa presa, con un costo directo aproximado de US$199.446.071.27, es decir, casi 200 millones de dólares. Es lógico que debido al tiempo transcurrido, esa cifra debe haber aumentado y se puede cuantificar, pues estamos seguros de que el diseño entregado no se puede modificar sustancialmente.
Si ha cambiado la localización de la obra y hay un nuevo diseño, esto debe ser informado, pues se trata de una inversión millonaria. Tampoco se sabe el nombre de la consultora que revisara los estudios.
Si hay algo que nos alegra es que la Región Sur contará con una obra imprescindible, desde hace mucho tiempo demandada.
Otra cosa que nos alegra es que la compañía que tendrá a su cargo la construcción, Andrade y Gutiérrez, tiene vasta experiencia en obras de este tipo, pues participó en la Presa de Itaipú, la más grande del mundo, pues China todavía no ha podido poner en operación total la Presa de Las Tres Gargantas.
Esto no quiere decir que Monte Grande se reinicie sin que se hayan cumplido los requisitos. Para evitar cuestionamientos, es necesario que las autoridades expliquen con detalles lo relativo a una obra fundamental para una región deprimida y donde existe el mayor índice de desempleo del país.

