Los New York Knicks se encuentran al borde del precipicio, ya que esta próxima madrugada necesitan una victoria como el comer para no volver a caer eliminados a manos de unos Pacers que han sido mejores en el global de la eliminatoria.
Con la probable baja de última hora de Karl Anthony-Towns después de sufrir una contusión en su rodilla izquierda, los Knickerbockers deben apoyarse en sus fieles seguidores si quieren levantar esto como sea. Porque una victoria en Nueva York podría darles alas para intentar forzar un séptimo.
En frente unos Pacers con Haliburton como principal figura de la eliminatoria; récord incluido en el cuarto partido mediante un triple-doble sin pérdidas, y con más ritmo de juego, piernas más frescas y mayor reparto de minutos entre sus jugadores.

A vida o muerte
En los últimos 25 años los Knicks no se han visto en una situación como ésta. Por tanto, deben apelar a la épica más que nunca para no quedar eliminados a las primeras de cambio.
El Game 1 ha podido cambiarlo todo. Esa derrota en el Madison tras el triple imposible de Haliburton hirió su orgullo. En el segundo, no fueron rival. Sí en el tercero con Haliburton desaparecido, pero si el base hace acto de presencia, adiós a los playoffs.
Porque los Pacers han sido mejores en general con su dos figuras muy entonadas. Y además, a esto hay que sumarle que Carlisle cuenta con una rotación más profunda y fiable, lo que hace que puedan correr y aguantar durante, al menos, los 48 minutos de un partido NBA.
Con la probable ausencia de Towns por unos dolores severos en su rodilla izquierda, todo pasará otra vez por las manos de Jalen Brunson y por la comunión con el resto de sus compañeros.
Por: JJorge Roche
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