Opinión Articulistas

New Yorkda clases

New Yorkda clases

Chiqui Vicioso

Siempre es hermoso retornar a Nueva York en primavera, cuando la ciudad es un jardín lleno de árboles de cerezo y abundan los morados y rosados. Una respira, y retorna a la alegría que le han robado los últimos titulares tanto televisivos como en los periódicos.

Aquí se ha optado por no ver los noticieros y tienen razón, lo primero que me horrorizó fue ver la iniciativa trumpiana de arrestar a la infancia inmigrante de las escuelas elementales. Por suerte una agresiva respuesta de la comunidad impidió una medida que asombra por lo cruel. La respuesta fue autorizar la deportación de un niño ecuatoriano, nacido en USA, de dos años.

Toda esta avalancha de sinrazón y callosidad del alma sucede frente a los horrorizados ojos de la comunidad dominicana del Alto Manhattan, donde tuve el privilegio de asistir a un homenaje a las Mujeres de Abril, primera clase de igualdad de género de la comunidad dominicana al país.
Allí escuché a Teresita Espaillat, por Zoom en pantalla gigante, con su firme militancia, y a un grupo de dominicanas cuyo historial de vida desconocía como participantes en la Revolución de Abril.

La segunda clase de NY para el país fue descubrir que la actividad había sido organizada por el comité unitario 60 Aniversario de Abril, una iniciativa de las fuerzas políticas de izquierda donde Alianza País, bajo el liderazgo de Juan Villar, Opción Democrática, conducida por Bogaert, el MPD, Patria Para todos, el PCT, grupos de mujeres y de iglesia, militantes del viejo PRD, y PRMeistas desencantados, pero firmes en sus valores patrios, reunidos en la Iglesia Santa Cruz, quienes reiteraron la importancia de la recuperación de la memoria para las nuevas generaciones de niños y jóvenes dominicanos.

Pensé en Fidelio y su afán porque no se pierda la memoria, única fuente indestructible de identidad y amor patrio, y para quienes emigran el puente con la patria que dejaron y a las que sueñan con retornar. Fue conmovedor encontrar a los mism@s compañer@s del viejo Comité por los Derechos Humanos en New York, que lideraba Dinorah Cordero, ya con canas, bastones, pasos tambaleantes, pero brazos levantados cuando escucharon el Himno Nacional y el de La Revolución de Abril. Son los indispensables de Brecht, es@s a quienes Roberto Castillo rinde homenaje con su Comité de Héroes y Heroínas Dominicanos, a quienes los años y la conveniencia no han podido doblegar.

Otra clase: En la pared un tributo al poeta haitiano Jacques Viau, y una reafirmación de la solidaridad con la inmigracion haitiana, porque “nosotros somos los haitianos del mundo”.

Clausuramos con una asombrosa voz, la de Argentina Lara, un conmocionante tributo al arte.