Cuántas Yanelis Arias tendremos que ver caer víctima del “ácido del diablo” antes que el Congreso se aboque a endurecer la pena a los autores intelectuales y materiales de este tipo de crimen, modalidad importada desde Colombia, país que tuvo que hacer una legislación especial para estos casos debido a la frecuencia con que ocurrían.
El ataque cobarde contra esta indefensa madre de tres hijos, debe mantener movilizada a toda la sociedad como mecanismo de presión a las autoridades para que capturen al autor material, así como a quien pagó la encomienda.

La sociedad dominicana no debe permitirse que caigan otras Yanelis Arias, para entender que este tipo de crimen es uno de los más atroces de la era moderna y por lo tanto los responsables deben purgar la mayor pena que establezcan en el Código Penal.

Mientras tanto los ataques con ácido del diablo siguen dañando vidas de mujeres indefensas, generalmente financiados por animales vestidos de humanos, lo que obliga a las autoridades diseñar una estrategia para evitar la venta de los químicos utilizados para fabricar esta sustancia, mientras aumenta la frustración de las víctimas porque la ley no establece sanciones más drásticas para los que comenten estos actos criminales.

El actual Código Penal, que después de pasarse 20 años de gavetas en gavetas, está tan obsoleto como el teléfono de disco, no tipifica el ataque con ácido del diablo como tal, por lo que para procesar a los responsables de estos hechos, los fiscales se valen de imputaciones de tortura, barbarie, heridas y en ocasiones de golpes voluntarios.

Las mujeres afectadas por ataques con ácido del diablo se sienten estigmatizadas debido a las secuelas permanentes que dejan en su cuerpo las quemaduras causadas por la letal sustancia.

En el caso de Colombia, que eso sí deberíamos copiarlo, el Congreso convirtió en ley una iniciativa conocida como ‘Ley Natalia Ponce de León’, que establece prisión de 50 años para los responsables directos de este tipo de crimen.

Por: José Antonio Torres

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