A unas elecciones se va a ganar o a perder. Es de aceptar la derrota, felicitar al vencedor. Hay muchas ideas revueltas que se pueden analizar en torno a no ganar unas elecciones. Gonzalo Castillo hizo todo lo posible para ser el próximo presidente dominicano.
Contó con un respaldo significativo de miles de dominicanos, pero le hicieron falta más votos. No es momento de rechazar la aportación de los que lo llevaron a obtener cerca de un 40 por ciento de los votos.
En su primera gran experiencia política, Gonzalo Castillo le dio un rostro humano a la contienda electoral. Suspendió la propaganda de su campaña, para destinar esos recursos a dar asistencia a los necesitados.
Su esfuerzo de ayudar a todos los dominicanos en necesidad en medio de la pandemia fue reconocido por esa gran masa humana que votó a su favor. Es una muestra sólida de que nace un nuevo liderazgo político.
Muchos de sus compañeros le dieron las espaldas, en momentos en que todos tenían que empujar para el triunfo. Los buenos guerreros pierden un combate, pero nunca dejan caer la bandera de lucha
Gonzalo Castillo tiene que meditar sobre su futuro político. Con esta cantidad de votos bajo el brazo, no es hora de dormir la siesta. Un descanso para aligerar el cansancio, y de nuevo a seguir con los planes sociales y la ayuda humanitaria, y en el momento oportuno volver a buscar la candidatura,
Viendo la forma como se comportó en la campaña, venciendo miles de dificultades, con la sombra de la muerte y la desesperación del corona-virus, Gonzalo demostró coraje, actitudes humanas, capacidad de liderazgo y sobre todo, sacrificios en el amor a los humildes. No tires la toalla, que hay nuevas jornadas de lucha que continuar.
