La ciudad de Nueva York se pierde entre estadísticas de todo tipo, y encubre, con su contaminación, a verdaderos tesoros de la dominicanidad: su gente.

Dispersa en todas sus barriadas, la dominicanidad gana reputación por su laboriosidad y entrega social, que va ocupando posiciones de liderazgo en todos los renglones, principalmente en escuelas y centros comunitarios, en iglesias, clubes, y partidos políticos.

Hace unas semanas acompañé a Lucía Solano, candidata a diputada de ultramar por Alianza País, en Nueva York, a una actividad que me era inédita porque se trataba de honrar deportistas de Nueva York, entre ellos a un viejo compañero: Angel Mescain.

Allí conocí a un amabilísimo ministro de deportes, quien escuchó con atención a Lucía Solano, quien gestionaba una cancha para Dajabón, su pueblo natal, al que como prototipo de emigrante apoya con todo tipo de gestión, desde parques, botiquines, festivales culturales, y mejoramiento de infraestructuras, una labor que han asumido las mujeres dominicanas que se fueron en la llamada “Década Perdida”, donde asumieron las tareas que el Estado había abandonado, a costa de su sudor y sangre.

Por eso siempre he dicho que en cada parque central de nuestros pueblos debe haber una escultura dedicada a la mujer emigrante.

Lucía, profesora de matemáticas e hija de profesores, es ampliamente conocida en El Bronx, donde también creó un centro, para apoyar al estudiantado dominicano en ciencias. Incansable, hoy se candidatea para diputada de ultramar por Alianza País, en la casilla 6; junto a otro incansable: Juan Villar.
Juan Villar fue director de la Escuela Secundaria Gregorio Luperón por décadas.

Allí estuvimos invitada un 25 de Noviembre y pude constatar el amor del estudiantado por ese aguerrido defensor de nuestra muchachada, banilejo de cepa, con un historial de lucha aquí y allá que conmociona, y que casi le costó la vida cuando siendo dirigente cultural de una barriada, la entonces policía le rompió la cabeza, hoy sujeta con planchas de aluminio, y por suerte no las ideas.

Juan y Lucía son las mejores opciones de Alianza País en Nueva York, dos candidatos a diputados de ultramar, de los seis que se asignan a nuestra segunda capital en el mundo.

Con Lucía visité el parque que se creó en lo que antes era un depósito de contaminantes, donde hoy los niños y niñas han podido volver a jugar, hay abejas, flores y mariposas porque Hugo Chávez, ese quijote latinoamericano, le financió a El Bronx la descontaminación del río Hudson.

Con Lucía, visité la casa de Ezra Pound y viajé a Candem, junto con el poeta Luis Rojas, buscando a Whitman. Con Villar, a William Carlos Williams, porque ambos aman la poesía, su pasaporte.