La publicidad estatal marca con mayúscula el vocablo bicentenario, a propósito de las festividades por los doscientos años del nacimiento de Juan Pablo Duarte, el fundador de la República Dominicana.
Este uso no se corresponde con ninguna de las funciones lingüísticas de la mayúscula previstas en nuestra lengua.
Esta columna ha venido llamando mayúscula caprichosa al uso arbitrario de la letra inicial en alta, pero los lingüistas la denominan bellamente mayúscula de relevancia, ya que responden únicamente al deseo de poner de manifiesto la especial relevancia que quien escribe otorga al referente designado por la palabra así escrita.
Las instituciones oficiales disfrutan el uso de la mayúscula. Y se la colocan a palabras y expresiones como ley, decreto, sesión ordinaria, sesión extraordinaria, sesión solemne, señores diputados y señores senadores.
El Tribunal Constitucional, por ejemplo, publica un aviso en el que invita a los actos conmemorativos de su primer aniversario, en los que incluye: Misa de Acción de Gracias, Catedral Primada, Audiencia Solemne y Sala Augusta.
La publicidad comercial abunda en mayúsculas caprichosas, pero no por razones ideológicas ni de sentimientos, sino muchas veces por descuido o desconocimiento, pero obedeciendo a la tendencia a mayusculizar palabras aunque con ello se minusculice el idioma.
Instituciones académicas gustan también del juego de la mayúscula de relevancia. Ejemplo, la Academia de Ciencias publica una convocatoria a la Asamblea General Ordinaria, a la que son convocados todos los Miembros de Número. Fundamenta su llamado en el Artículo 5 y el Articulo 6 de los Estatutos.
¿Hace falta mayúscula para las palabras artículo, estatutos, miembros, número, ordinaria ?
Todas las palabras destacadas con mayúscula son términos comunes y han sido marcadas en interés de revestirlas de un valor que las diferencia de las demás. La Ortografía de la lengua española señala al respecto lo siguiente:
La mayúscula está revestida de un cierto valor sacralizador y dignificante, probablemente derivado del uso monumental, solemne y suntuario de sus orígenes.
Su prestigio gráfico se evidencia en el significado de la locución con mayúscula (s), que, pospuesta a un adjetivo o a un sustantivo, denota su más alto grado o su más elevada manifestación: tonto con mayúscula (s), amor con mayúscula (s). (Página 514).
La gente común también quiere destacar sentimientos y apreciaciones valiéndose de las mayúsculas. Las esquelas mortuorias constituyen buen ejemplo de ello. Frecuentemente se ven invitaciones a misa por el Primer Aniversario de la muerte de alguien. Pero también se dice: Querida Madre, tus Hijos nunca te olvidaremos. O se destaca que: Siempre tuviste Amor para los Tuyos.
Son las mayúsculas de relevancia, que van desde las pompas oficiales hasta las manifestaciones de la gente sencilla.