Semana

Orto-escritura

Orto-escritura

Rafael Peralta Romero

El sillón LL o de Lupo Hernández

 

Dígrafo es una combinación de dos letras que representan gráficamente determinados fonemas. El abecedario del español quedó en veintisiete letras después que ch (che) y ll (elle) fueran consideradas dígrafos y sacadas del alfabeto. Por eso en el Diccionario, la ch aparece entre las palabras que empiezan con /c/ y /ll/ entre las que inician con / l/.

Pero de ningún modo estos signos dobles pueden desaparecer del sistema gráfico de nuestra lengua, pues estas combinaciones siguen cumpliendo su rol en la formación de palabras del español (lluvia, llanto, llanura, canalla…choza, lucha, chile).

La Ortografía de la lengua española explica que: “El cambio consiste, simplemente, en reducir el alfabeto a sus componentes básicos, ya que los dígrafos no son sino combinaciones de dos letras, ya incluidas de manera individual en el inventario. Con ello, el español se asimila al resto de las lenguas de escritura alfabética, en las que solo se consideran letras del abecedario los signos simples, aunque en todas ellas existen combinaciones de grafemas para representar algunos de sus fonemas” (p. 64).

Sobre los dígrafos ampliaré en la próxima entrega, pues hoy el interés está en la elle, popularmente llamada “doble ele”. Esto a propósito del sillón LL, en la Academia Dominicana de la Lengua, el cual ocupó hasta hace poco el académico Lupo Hernández Rueda, el más destacado poeta de la Generación del 48.

Hernández Rueda, cabal hombre de letras, era necesario en la Academia Dominicana de la Lengua, institución comprometida con la promoción de nuestra literatura y la defensa y perfección de nuestra lengua. Antes de Lupo el asiento LL había correspondido sucesivamente a los académicos Rafael Justino Castillo, Virgilio Díaz Ordóñez y Carlos Federico Pérez.

Tengo la satisfacción de informar a los lectores de esta columna que el autor ha sido elegido como miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua, precisamente en lugar de don Lupo, lo cual constituye un reto adicional al que de por sí encierra esa honrosa función. Los académicos de número son, de pleno derecho, miembros correspondientes de la Real Academia Española.
La carta de Bruno

A continuación se transcribe la comunicación del doctor Bruno Rosario Candelier, director de la Academia, para informar de la elección:

Estimado escritor, colega y amigo:

Me complace comunicarle que en sesión ordinaria celebrada en la sede de esta institución el 21 de los corrientes, usted fue favorecido con el voto mayoritario de los académicos y, en tal virtud, fue elegido miembro de número de esta corporación.

Para honrar el protocolo de la tradición académica, usted debe elegir un tema para ser leído como discurso de ingreso, en fecha que le será asignada posteriormente, y debe referirse honrosamente al académico a quien usted sustituye en la corporación. Usted ocupará la vacante dejada por don Lupo Hernández Rueda, quien ocupaba el sillón LL.

En su nueva categoría como miembro numerario de la ADL, usted pasa a formar parte de la Comisión Lingüística de la Academia y, en su calidad de narrador, ensayista, lingüista, conferencista y activista cultural, contamos con que continúe usted aportando su valiosa colaboración intelectual y lexicográfica a nuestra corporación y siga presentando ponencias en los actos de la entidad o sirviendo como maestro de ceremonias.

Al extenderle mi felicitación por su elección como miembro de número de la ADL, su nueva condición de académico numerario, que lo acreditará como miembro correspondiente de la Real Academia Española a partir del acto de su incorporación a nuestra Academia, es una manera de reconocer su brillante hoja de servicios a favor de nuestra institución, su aporte lexicográfico a favor de nuestra lengua y su labor cultural y creativa en beneficio de las letras dominicanas.

Al desearles salud y suerte, reciba mi cordial salutación.

El Nacional

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