Semana

Orto-escritura

Orto-escritura

En inglés se le llama bestseller a un libro muy vendido y en español superventa.

Adaptación de extranjerismos sin dañar el español

Para preservar la integridad de nuestra lengua, la primera actitud frente a los extranjerismos debe ser rechazarlos, la segunda puede ser traducirlos: antidopaje (antidoping), dopaje, de doping. Superventas (bestseller). Inglés. Libro muy vendido.

Sin embargo, algunos que nos llegan por el comercio, la tecnología, la ciencia o las artes, si no pudieran ser traducidos y resultara indispensable emplearlos, la adaptación es la forma recomendada cuando es inevitable que la voz extraña de que se trate sea empleada al hablar español.

Es innegable que este recurso es una vía para enriquecer el léxico del español, ya de por sí bastante amplio con relación a otras lenguas muy conocidas. Solo las registradas en el Diccionario académico rondan las noventa mil, y a ellas se suman los americanismos.

Para una conferencia sobre este tema, ofrecida el 29 de septiembre en la Biblioteca Nacional, he compilado 113 palabras procedentes de otros idiomas, las cuales ya se quedaron con nosotros y que serán presentadas a continuación.

Les ofrezco algunos ejemplos:-alzhéimer (Alzheimer). Del alemán. Aunque procede de nombre propio, pasa a común y va en minúscula. En español lleva tilde.

-Eslogan (slogan). Voz inglesa. Lema publicitario. Plural: eslóganes. -smoquin (smoking). Voz inglesa. Traje formal. Plural: esmóquines. -estrés (stress) Voz inglesa. Tensión. De esta palabra derivan estresar, estresado, estresante.
Frízer (freezer). Del inglés. Congelador.-glamur (glamour). Francés. Elegancia, finura. -gurmé (gourmet). Francés. Gastrónomo, persona que gusta del buen comer. -clínex (Kleenex). Voz inglesa. Nombre de marca que pasó a ser nombre común.

Suvenir (souvenir). Voz francesa. Regalo como recuerdo de un viaje. estándar (standar). Inglés. Modelo, patrón, referencia.- estatus (status). Latín. -sumiller (sommelier). Francés. Persona encargada de vinos y licores en un restaurante.

Conclusiones
1- Los hablantes del castellano a menudo muestran mucho aprecio por otras lenguas y se esmeran en escribir los términos que de éstas nos llegan prestados, conforme a su grafía original, pero olvidan que esa actitud puede ir en desmedro de nuestra lengua, la cual ha de merecernos más respeto que las otras.
2- Todo vocablo extranjero, antes de ser adaptado al español, debe escribirse con una marca, si es en caracteres de imprenta será la cursiva y si el texto ha sido escrito a mano, la marca será colocar el vocablo de que se trate entre comillas.
3- Cuando se adaptan al español, los vocablos foráneos deben comportarse como palabras de nuestro idioma, unos asumen la tilde (blíster, bádminton), otros la eñe (champaña), otros pierden algunas consonantes (chofer, el apellido Mazara).
4- Los nombres procedentes de lenguas que no emplean el alfabeto latino (árabe, chino, japonés…) pasan previamente por un proceso llamado transliteración y adoptan formas correspondientes a la lengua de quien hizo el trabajo, por eso el nombre del país conocido como Qatar, una combinación de la Q no usual en el español, de ahí que el nombre de ese país, en la nuestra es preferible escribirlo con C (Catar), como su gentilicio: catarí.
5- Lo mismo debemos tomar en cuenta con las palabras soja (soya) y judo (yudo). Ambas proceden del japonés, pero quien las transliteró al alfabeto latino las escribió con J, y nosotros, muy complacientes con la fonética inglesa, pronunciamos la J con sonido de Y. Estas palabras deben escribirse como se pronuncian.
6- Nuestro idioma debe merecernos más respeto que todos los otros. Los académicos de la lengua, lejos de las opiniones despectivas con las que a ellos se refieren algunas personas, sobre todo escritores, trabajan por la renovación y perfección de nuestra lengua.