Punto de encuentro
Siempre es importante partir desde un punto de encuentro común. Desde un inicio… así, todos en mayor o menor grado, en algún momento hemos sentido el dardo de la prepotencia, y esto involucra a políticos, religiosos, deportistas, artistas, empresarios, y otros. La prepotencia es la creencia de que somos más, o mejores que los demás, de que tenemos más potencia de la que realmente tenemos… Lo peor de la gente prepotente es que ‘’cree’’ estar bien, y el resto de la humanidad que los observa, se da cuenta de los desubicados que están, pero, a veces, es preferible hacerse de la vista gorda, porque el prepotente no oye, no ve, ni entiende razones.
Al respecto, Stephen Hawking, dice que los científicos estúpidos están ocupados en pensar como se terminara el universo, sin saber aun, cual es su origen.
El genio Stephen, nos ayuda a entender, la importancia de saber de dónde venimos: ‘’…La raza humana no es más que escoria química sobre un planeta de dimensiones discretas, el cual órbita alrededor de una estrella nada notable, en el borde de una galaxia que no se distingue en absoluto de los cientos de miles de millones de galaxias restantes’’. Dramático y complicado el caso, cuando nos creemos más de lo que somos. Hay políticos que sin iniciar el periodo de campaña afirman que ganaron las elecciones. Hay que saber quiénes somos en realidad para poder tener un punto de referencia respecto al mundo que nos rodea, para saber hasta donde hemos llegado, y hasta donde podemos llegar, hay quienes se creen sabelotodo, como si esta fuera una virtud excepcional, de patrimonio personal.
La gente prepotente, rara veces, asume sus propios errores… Pero, por una extraña ironía psicológica, serán siempre de los primeros que atribuyen a otros la responsabilidad de cuanto les sucede a ellos. Lo que significa, que ven en los demás lo que llevan dentro.
Otra características a este tipo de persona es, el culto al poder; son individuos de ‘’motivación exterior’’, lo que implica, que necesiten exhibirse, para enmarcar y darle soporte a su personalidad.
Algo muy común, en este tipo de persona es ser paranoicos en potencia.
Su situación acecha todas las esferas de su entorno, porque temen que alguien le quite protagonismo, no sabe aceptar criticas, si le dicen algo que no corresponde a lo que desea, se enoja, degrada, discrimina, e intenta apabullar a quienes se lo permiten, el mas mínimo éxito de otros le amarga, con facilidad agrede a través de una batería de respuestas muy variada. ¡Claro! Depende del que la recibe, y la acepta, o de la circunstancia, sobre todo, cuando hay otros que están con el oído aguzado dispuestos a rendir un tributo de aceptación, en el mejor sentido de la palabra, mediocre e infeliz.