Opinión

Precisamente

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Corrupción y valores

Hay momentos en la vida en que hay que olvidarse de las cosas para las que vivimos, y pensar en las cosas por las cuales estamos dispuestos a luchar. Todo ciudadano en toda comunidad humana dispone de valores que no se adscriben a una obediencia determinada de una sociedad en descomposición, así, mas allá de esta, todo individuo tiene un sentido de dignidad y unas necesidades intimas de orden moral que no pone en juego el desarrollo pleno no solo de la persona en si, sino de las culturas y los pueblos.

¿Por que la corrupción es tan destructora?

¿Sera que el medio de engañarse consiste en creerse mas astuto que los demás?

¿Quien es corrupto?

¿Donde vive la corrupción?

¿Podría ser nuestra cultura?

Cada quien juzga de acuerdo a sus condiciones, y no todas las preguntas ameritan una respuesta. Puedo afirmar, que la conciencia es a la vez testigo, fiscal y juez.

La imperecedera sabiduría de los años, tan útil en la antigüedad como en el presente de esta sociedad, ahora resulta ser mas necesaria que nunca, en contextos de la anemia moral como en el que nuestro tiempo se encuentra, atrapado en una aparente tranquilidad.

La paz no es solo la ausencia de conflicto; la paz es la presencia de la real aplicación de la justicia.

El hombre necesita descubrir ese poder que nuestra ignorancia nos oculta.

La vida es mutable, sus valores son inalterables.

Hay que saber navegar contra el viento, sólo se necesita remar duro, tal vez, entre lágrimas, pero con la fortaleza de la fe. A veces, una nostalgia, una tristeza, un golpe emocional, y también un deseo se convierten en el desafío que nos impulsa a transformar las cosas con un espíritu indomable que nos enseña el camino correcto tras los derechos iguales para todos, y privilegios especiales para ninguno,

Solo la democracia, en mi concepto, es susceptible de una absoluta libertad, así, la autoridad pertenece al pueblo, de modo, que el valor de un Estado en definitiva, es el valor de los individuos que lo componen en complementariedad con la ciudadanía.

 

El Nacional

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