¿Adiós al comercio?
Siempre se ha sostenido que el comercio constituye uno de los factores más determinantes para la dinamización de la economía mundial, y si este criterio es real entonces hay que afirmar que el naciente 2016 se perfila como un año cargado de incertidumbre para los mercados internacionales de bienes y servicios.
Los flujos comerciales han mermado en los últimos cinco años como resultado directo de una economía global que todavía no logra recuperarse de manera consiste de los tormentos generados por la Gran Recesión (2008-2009) a pesar del empuje logrado por el aparato productivo norteamericano, el conservador crecimiento europeo y el recurrente crecimiento chino (así sea a niveles inferiores a la tasa histórica del 10 por ciento).
Pero el giro que ha dado China en su política económica interna merece ser analizado, pues parece estar dejando su modelo de crecimiento basado en las exportaciones para dar paso a uno que privilegia el consumo interno, decisión que repercute ya en el desempeño del comercio global.
Y es que China vive una modificación programada de su modelo de crecimiento, tal como lo reconoce el Fondo Monetario Internacional (FMI): “China persigue mantener tasas más bajas de crecimiento a medida que el país intenta reequilibrar su economía impulsada anteriormente por la exportación y la inversión hacia un modelo basado más en el consumo, incluidos los servicios”. (Octubre de 2015).
A propósito del tema, una reciente decisión del FMI tendrá un impacto directo en el desempeño del comercio y las finanzas mundiales: Se trata de la inclusión de la moneda china (yuan o renminbi) dentro de la lista de monedas de reserva, decisión que entrará en vigor a partir del primero de octubre de 2016. Téngase en cuenta que China cuenta con el mayor volumen de reservas internacionales a escala planetaria: 3,3 billones de dólares.
A lo dicho precedentemente hemos de agregar el gigantesco salto energético que ha dado Estados Unidos al aproximarse ya a una autosuficiencia petrolera que se está logrando mediante la tecnológica del fracking, procedimiento mediante el cual ha multiplicado la producción del petróleo de esquisto (shaleoil) aunque en estos momentos el derrumbe de los precios amenazan con hacer colapsar la sostenibilidad de este tipo de explotación energética.
Pero debemos tomar conciencia de que el comercio mundial se encuentra frenado.
En efecto, el 2015 marcó el cuarto año consecutivo de caída persistente del comercio mundial por debajo del 3 por ciento, equiparándose casi al nivel del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, cuando lo normal en las últimas décadas era que el comercio mundial registraba tasa de crecimiento muy superior a la producción global.
Ante el actual panorama del comercio mundial la Organización para el Comercio y el Desarrollo de las Naciones Unidas (UNCTAD), con sede en Ginebra, Suiza, advierte que los países deben introducir cambios fundamentales en sus estrategias de crecimiento para no descansar tanto en las exportaciones.
¿Será que la caída del comercio mundial estaría marcado el fin del modelo basado en las exportaciones? Es un tema complejo que merece ser estudiado.