El exprocurador general de la República, Jean Alan Rodríguez, ha tenido la “suerte” que no han tenido alrededor de 30 mil reclusos en el país, de los cuales, más del 60%, son preventivos, la mayoría pobres, sin nombres, apellidos o dinero que les permita costear un largo proceso judicial. (En este país la pobreza es el mayor delito o crimen de un ciudadano de tercera, como lo son la mayoría, puede cometer)
Los privilegios de Jean Alain han sido múltiples, a pesar de su intento de escapar para huir del proceso judicial en su contra.
No logró escapar de la acción de la justicia “de milagros”, pues tomó un avión junto con su esposa e hijos, pero la nave en que saldría del territorio nacional debió regresar por razones técnicas. Los grilletes o localizadores electrónicos que por orden judicial le fueron colocados hubo que quitárselos porque alegadamente les molestaban.
Poco después obtuvo una variación de la medida de coerción: arresto domiciliario; luego consiguió un permiso para trabajar en su oficina de abogados, dos veces por semana. Hizo lobbismo para conseguir una declaración de las Naciones Unidas a su favor; no conforme, se abrogó el derecho de tener un canal de televisión virtual desde el cual “le habla al país sobre lo injusto de su arresto”.
He llegado a la conclusión de que Jean Alain, amparado en el poder político y económico que tiene, se burla de la justicia. ¿Se imaginan a todos los reclusos con medidas de coerción similares a las que tienen Jean Alain con canales de YouTube, cuentas en Instagram, Twitter, etc.? La legislación al respecto no es clara.
Me pregunto, ¿cuántos reclusos, del 64% que tienen prisión preventiva, goza de tantos privilegios que la justicia le otorga a este hombre, en tantos muchos otros no son puestos en libertad por falta de recursos para pagar una fianza o una “garantía económica” que le permita lograr su liberación? ¿Cuántos reclusos enfermos con cáncer terminal, tuberculosis, sida, hepatitis y muchas otras enfermedades mueren sin recibir asistencia o enviados a sus hogares para morir en paz con sus familiares?.
He consultado con varios abogados expertos en la materia y me han dicho que no está claro en la legislación el tema de los múltiples privilegios de los que goza Jean Alain, pero una cosa es cierta: es lo que se llama un preso con una “suerte” que le permite burlarse del Sistema Judicial a pesar de los múltiples crimines y delitos que le imputa el Ministerio Público.
Los expertos judiciales en materia constitucional dicen, cito: una persona objeto de prisión preventiva no pierde sus derechos, salvo aquellos que indique la propia sentencia, como libre circulación, por ejemplo. No obstante, cuando esta medida de coerción se cumple en el domicilio por decisión judicial el imputado goza de ciertos derechos de los cuales no disfruta aquel que cumple la misma medida en la cárcel.