Por: Ubi Rivas -ubirivas30@gmail.com

La visita sin invitación a Taiwán este agosto dos y tres de Nancy Pelosi, presidenta de la bancada demócrata de la Cámara de Representantes, se inscribe en parámetros de insensatez, prepotencia y provocación, tres del tropel de adjetivaciones que definen este caso insólito en la diplomacia de EEUU.

Indelicadeza, ausencia de tacto, imprudencia, inoportuna, desbordan esta visita, aunque se pretenda desvincular de la misma al presidente Joe Biden, resulta obvio su aprobación, más allá, su diseño, porque se hace difícil entender que la señora Pelosi hubiese procedido por cuenta propia, desafiando no solo a su presidente, sino contrariando la norma estatutaria partidista.

Existe un arreglo de entendimiento verbal Pekín-Taipei suscrito 1992 contentivo de un conjunto de acuerdos, inversiones taiwanesas en China, específicamente en Sahngahi, intercambio aéreo transportando mercancías, alimentos desde el continente, chips desde la isla, tecnología clave en el mundo liderada por Taipei.

Tráfico marítimo para esos menesteres, que ahora serán suspendidos por un tiempo, dificultando las economías de ambos, aunque evidente Taiwán mayor perdedor del impasse, observando crecimiento comercio bilateral escaló en 2021 a US$328,300 millones. Aunque ese arreglo no ha sido cumplido cabal, ha sobrevivido, y el intercambio económico ha continuado, pese a dificultades entre ambas partes, conociéndose que los chinos ni son fáciles, tampoco tontos, y en definitiva, exhiben como pocas etnias, la filosofía de la paciencia, no para esperar ver pasar por la puerta de su casa al enemigo, sino que en el ínterin, las cosas prosperen y se acotejen a la semoviencia de los tiempos, que absolutamente todo lo modifica.

Prosiguiendo con la retórica altanera y ausente de mesura procurando el consenso, considerando el nivel de tensión planetaria con el diferendo Rusia-Ucrania, John Kirby, coordinador de comunicaciones del Consejo de Seguridad Nacional, se despachó con el desparpajo imperial:

“Estamos preparados para gestionar lo que Pekín decida hacer”, en vez de admitir la insensatez de Pelosi, con muy pocas probabilidades de contribuir al consenso con Pekín, el socio comercial más relevante de EEUU, y donde en Sahnghái, existe una relevante metástasis de Wall Street.

Empero, idéntico caso Rusia-Ucrania, surge la hipótesis del mercado armamentista hacia Taiwán, igual caso Rusia-Ucrania, luciferina actitud con innegables propósitos de soliviantar la alicaída economía EEUU, con inflación 9%, la mayor en décadas, y crecimiento PIB 2%.

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Pekín de ninguna manera demostró intimidación ante la desvertebrada advertencia de Kirby, procediendo realizar ejercicios militares alrededor de Taiwán, disparando misiles y cañoneos reales, circundando la isla, obligando suspensión rutas aéreas y marítimas, en esa ocasión, diferente a tiempos idos, sin la presencia de la Sexta Flota US, que constituyó la garantía y preservación de Taiwán, desde que el generalísimo Chiang Kai-shek, abandonó el continente estableciéndose en la isla en 1949, compelido por el aluvión de Mato Tse-tung.

Ipso facto, Pekín anunció coerciones a Pelosi, impedida pisar China y familiares, prohibió importación cítricos, pez sable y caballa congelados, y el ministro de Exteriores de China, Wang Yi, definió “traición” de Washington relacionado con Taiwán, avanzando “ruina credibilidad nacional”, alusivo protocolo reconocer una sola China, tema central política de Pekín de “una sola China”, y Taiwán isla rebelde.

La única expresión de Pelosi en su visita a Taiwán consistió en “apoyar la democracia de la isla ante las amenazas que sufre de China”, declaración impertinente e irrespetuosa a un país soberano y primera potencia económica del mundo, considerando quien vende más, a quien EEUU debe más.

El embajador chino en RD, Zhang Run, expresó visita Pelosi a Taiwán viola soberanía de China, manifestando “fuerte oposición”, añadiendo su país “es el mayor contribuyente a la paz y seguridad mundial.

El historiador y extitular de Defensa RD, mayor general retirado José Miguel Soto Jiménez, último embajador nuestro en Taipei, consideró provocación visita Pelosi a Taiwán, añadiendo conforme grandes intereses EEUU-China, improbable extensión diferendo actual a conflicto armado.

Cuando Naciones Unidas reconoció a China como la única China del mundo, mediante resolución 2758 del 25 de octubre de 1971, expulsando a Taiwán, Pekín interpretó consigna, reclamando reunificación Taiwán al continente, instancia en su debido tiempo, con la providencia de una circunstancia internacional, Pekín obtendrá.

Reino Unido entregó Hong Kong a China el primero de julio de 1997, luego de 155 años de coloniaje.

Portugal entregó Macao a China el 20 de diciembre de 1999, luego de 454 años de imposición colonial.

La universal paciencia china produjo sus grandes y añejos reclamos.

Taiwán, inexorable e irremediable, será la próxima.

“La paciencia es la máxima expresión de la sabiduría”. Sentenció el inmenso Víctor Hugo.