La Policía abrió un suspicaz abanico de interrogantes con el caso del teniente coronel piloto de la Fuerza Aérea abatido a tiros en Boruco, Guatapanal, Mao, por dos agentes del cuerpo durante un confuso incidente.
Al margen de las denuncias de que Ramón Israel Rodríguez Cruz, de 37 años, fue ejecutado, dejó mucho que desear que la Policía relevara de sus puestos al día siguiente al sargento y el cabo que participaron en el suceso y la dilación para ofrecer los nombres.
La impresión que dejó el traslado al cuartel de Mao del sargento Librado Recio Solís y del cabo Rafael de Jesús Díaz Gómez era que la institución del orden quería protegerlos.
Pero con la acción no se logró más que incrementar las sospechas sobre las confusas circunstancias en que fue muerto Rodríguez Cruz a eso de las 2:00 de la madrugada del jueves cuando retornaba a su residencia.
Si bien se creó una comisión para investigar el suceso la rapidez con que se tomaron las decisiones alimentan las sospechas sobre el lado oscuro del crimen. Además de aclarar el crimen el director de la Policía debe investigar el extraño procedimiento después del suceso a favor de los dos acusados.