POR: Carlos Manuel Estrella
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Loterías, apuestas y vicios

A juzgar por la cantidad de negocios de apuestas a loterías y deportes, la sociedad dominicana está dominada por el vicio, adicción al juego, sorprendentemente estimulada por el Estado que obtiene por ello millonarios ingresos. Desde tiempo inmemorial existe la lotería oficial en cuyo origen subyace el propósito filantrópico del sacerdote Francisco Gregorio Billini, quien orientaba sus recursos a la ayuda al prójimo con obras de caridad.

Eso ya es historia. Hoy la realidad es muy distinta y distanciada de esos fines, con base en datos aportados por funcionarios de la Lotería Nacional, perjudicada por especial “competencia desleal” de negocios similares y relacionados, al margen legal.

El titular periodístico principal de El Nacional es contundente: 160 millones de pesos se juegan cada día, el promedio de gasto por jugador es más de 13 millones por hora y la mitad de las bancas opera de forma ilegal, además de computarse en más de 40 mil los sitios de apuestas.

Estos datos son de fácil comprobación y ratificados por la realidad. La proliferación de bancas de lotería y apuestas deportivas es fenómeno extendido por toda la geografía, alcanzan al más recóndito paraje del país y son referentes para ubicar direcciones sin usar mapas. La Lotería Nacional se queja de bajos ingresos por cambio legislativo en 2011 que transfirió recaudaciones a Impuestos Internos, pero de todas formas el gobierno deja de percibir más de 270 millones de pesos cada año.

La sociedad del vicio es estimulada por el Estado, se apuesta a todo, hasta al hockey sobre hielo, diariamente, legal e ilegal, y así se fomenta la vagancia, ignorancia y delincuencia, porque se llega hasta a robar para jugar.
¿Qué futuro le espera al país con la sociedad viciosa, delictiva, evasora e ilegal que promueve el Estado y que crece como la verdolaga?